La niebla cubría perezosamente las paredes empinadas que rondaban la laguna y besaba tristemente la superficie del agua. Martín, el Enano de Gredos, el protector de las montañas, estaba sentado mirando el agua con calma.
Maese Viento y la Nubes Susurrantes le habían contado historias de ese lugar maldito, y Brincalobito siempre gruñía cuando pasaban cerca del lugar, donde enloquecían los humanos, donde el hielo permanecía más tiempo, quería saber la verdad por sí mismo de todo ello, así que había decidido acercarse en soledad…,Brincalobito se resistió al principio a dejarle solo ante el peligro, pero cuando le miró a los ojos el lobo entendió a su amigo y se marchó del lugar, pues lo que tenía que hacer, lo debía realizar en soledad…
Así que ese día se acercó hasta el lugar conocido en Gredos como el Corral del Diablo.
Y Maese Viento, yo, el que narra esta historia, estaba en silencio, hacía frío, mucho frío, sentado miraba el agua con tranquilidad, cuando de repente escuchó una voz a sus espaldas…
-
Martín, Enano de Gredos, que haces aquí en mis posesiones.
Martín se revolvió rápidamente y no vio nada, sabía que no estaba sólo, lo presentía.
-
Haceros visible, ente, ser, lo que seáis…no me dais miedo.
-
Te conozco muy bien, Martin, sé que estás muy sólo, podría conseguirte todo lo que quieras y desees, a cambio de tu alma inmortal…
-
¿Mi alma?, pretendéis ser el diablo entonces…
-
No lo pretendo, lo soy .Martín. Te daré el amor, Isabel nunca te amó, yo puedo hacer que Isabel vuelva de su muerte y te ame, puedo hacer que todo empiece de nuevo, a cambio de tu alma.
-
Muy bien, entonces sois Satán…, no es así ,el que se cree el mayor Ser Oscuro…,aunque el mayor Ser Oscuro no me está permitido decir su nombre, pues será ignorado por nosotros los humanos como dictaminó Culibillas cuando le derrotó…, bien, ya os veo, delante de mí, sois Satán…
-
Tú lo has dicho, enano, pero soy el instrumento que puede acabar con tu soledad, con ese sufrimiento que te persigue desde que Isabel murió, tu alma es un alma rota…
-
Bien lo sabéis, Satán, mi alma está rota y mi corazón se partió en mil pedazos…, pero acaso eso tiene importancia, Señor Oscuro…
-
Puedo librarte de tu dolor, puedo hacer que tus sueños más profundos sean realidad, puedo hacer que todo cambie para ti, pero me darás tu alma a cambio, Enano. ¿Qué es para ti tu alma, si no dejas de sentir el dolor?,…ese dolor que te corroe cada vez que ves la tumba de Isabel.
-
Bien sabéis lo que decís, pero no a quien se lo decís, acaso me queréis tentar con mis sueños, pero los sueños son sólo sueños…y son míos, y vos no me puede dar nada que no tenga.
-
Pues no sólo acabaré con tu dolor, te daré placer, te daré todo el placer que quieras y todo lo que desees…, placer y dolor si es tu voluntad…
-
El dolor, Satán, siempre estará ahí, no hay amor sin dolor, son las dos caras de la misma moneda, y este dolor que a veces me mata y que me corroe por dentro, es el que hace que mi Amor sea infinito, diablo, no lo entendéis, este dolor me hace humano y este dolor crea mi Amor, y me acerca a todo lo que me rodea y hace que lo entienda, soy parte de un todo, y mi dolor y mi Amor…, también.
-
Pues puedo hacer que mueran los que te hicieron daño, puedo hacerte rico, inmensamente rico, cualquier cosa, sabes que lo haré, y sólo yo lo puede hacer…, y si tanto quieres tu dolor…, si amas tu dolor yo no te lo quitaré…,más aún ,me complacería incluso incrementarlo…
-
Satán, Ser Oscuro, no quiero nada, no deseo nada, todo lo que tengo es mi hábito blanco, y sin embargo, soy inmensamente rico, mirad alrededor, veis la niebla…
-
Veo mucho más allá de ella, Enano, me estás irritando con tu insensatez…
-
Pues entonces si veis tanto, también veréis el cielo, las nubes, la laguna, las rocas, el prado del que mana el agua, mirad bien alrededor, hacedlo con vuestros ojos amarillos…
-
Qué quieres decir, Enano, maldito saco de huesos, despojo humano, desecho de montaña…, ¡claro que lo veo!
-
Quiero decir, que todo es mío, y vuestro también, aunque seáis malvado, os pertenece y a todos los seres que aquí habitan en nuestra Madre Tierra, y no quiero nada más, nada quiero, nada deseo, soy feliz…,pues todo lo tengo…,¡Qué más puedo desear…!
-
No lo eres, no eres feliz, eres desdichado, estás sólo, tu amada murió en tus brazos, y sabes que nunca te amó…, y el dolor te acompaña cada día de tu existencia y no te abandonará jamás…
-
Satán, no me tentareis, la felicidad sólo se conoce cuando se ha sufrido, y yo soy feliz sin nada y lo tengo todo, para qué necesito más… Diablo, escuchad vuestro interior…escucharos, no seáis sordo, pues también tenéis la energía del mismo todo, sois vos el que no ve…, y además el mal no existe,…vos, no existís.
Y al decir estas palabras el Enano se encontró con una bella flor roja a sus pies donde tenía que haber un diablo…
– Tenía razón…diablo, no existes…, y hoy perdiste tu nombre.