En la «cumplecumbre» del Mulhacén. Caminando bajo la nevada, en busca del Silencio perdido…
En busca del Silencio perdido. Y a veces me encuentro muy cansado, tan cansado… Tan cansado que me cuesta respirar por la losa que oprime mi pecho. Tan cansado que mis párpados apenas quieren abrirse para seguir viendo, ni seguir mirando, ni seguir sintiendo. Tan cansado…, que siento que lo más sencillo sería cerrar los ojos y dejar que Ella me bese suavemente con sus fríos labios para no volver a abrirlos, sumido en un sueño dulce y eterno… Y es entonces cuando me doy cuenta que ese cansancio es a causa del Dolor, ese dolor de siempre, ese dolor que espera como una fiera en la oscuridad a encontrar … Continuar