12 de junio de 2025
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Y entonces, ¿qué es lo que supone que ha ocurrido con los tres estudiantes?
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Mire, yo tengo tres teorías, acérquese al ordenador para ver mejor.
Y entonces el hombre delgado con chaqueta se incorporó en su silla acercándose a la mesa donde había un ordenador portátil, sentado delante de él, un hombre d porte atlética de unos 40 años vestido de manera deportiva con una camiseta azul giraba el ordenador para que su interlocutor pudiera ver la pantalla.
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Mire, yo creo que usaron esta ruta, en este cara del Artesonraju. Dijo señalando en la pantalla del ordenador con el dedo índice.-Ellos querían ascender por esta cara, ya hemos rastreado con helicóptero toda la zona, pero posiblemente si no los vemos es por tres motivos; Se han caído en alguna grieta glaciar, aquí justo hay una muy grande- seguía señalando la pantalla y el hombre delgado miraba con mucha atención casi sin pestañear.
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Pero si están en la grieta será complicado rescatar sus cuerpos.
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Yo creo que también pueden que se desviaran de la zona, sería la segunda hipótesis, aunque el estudiante que se volvió y nos alertó nos contó que la idea era esta zona. Y finalmente lo que yo creo es que han sido alcanzados por algún alud y están enterrados en la nieve, y creo que estarían por esta zona. –Siguió señalando la pantalla del ordenador.
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Pero las familias se están impacientando, ya son diez días desaparecidos, están dispuestas a pagar los costes necesarios para que sean encontrados.
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Abogado, llevamos varios días de mal tiempo y apenas no hemos podido acercarnos a la zona, pero tras diez días ya no queda esperanza de rescatarlos con vida.
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Lo sé, pero las familias están destrozadas…
Y yo estaba sentado en uno de los pequeños sillones de la sala de estar a la entrada del hotel Valery de Huaraz esperando que me recogieran para empezar la aventura andinista en el valle de Ishinca, no muy lejos del lugar del que hablaban el dueño de la compañía de guías profesionales Alpamayo , cuya oficina podía ver al estar dentro del hotel y al lado de donde yo estaba, por la apariencia del hombre delgado con gafas deduje que era el abogado de las familias de los andinistas desaparecidos.
En ese momento subía con rapidez por la escalera del hotel que estaba ubicado en una primera planta un joven delgado vestido de montaña.
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Hola , me llamo Hosterlin, voy a ser tu guía en estos días. Abajo está Francisco esperándonos con la furgoneta.
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Yo me llamo Fran, encantado. Venga vámonos. Me dijo Francisco que veníais más tarde por el tráfico.
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Sí, nos hemos entretenido de más, pero hoy andaremos poco. No hay prisa.
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Venga, vámonos.
Y el hombre joven agarró mi petate con presteza mientras yo me colocaba la mochila en la espalda.
Llevaba desde la seis de la mañana esperando aunque habíamos quedado inicialmente a las nueve, aquí en Perú amanece pronto y los nervios de empezar una expedición no te dejan dormir, en cuento clareó el día ya estaba en pie esperando el deseado momento.
En principio la idea era de en cinco días desde el valle de Ishinca subir el Urus 5495m, el Ishinca 5530 m y el Tocllaraju 6034 m, pero según me contó Francisco, mi tocayo, este año estaba siendo muy anormal, en marzo empieza la época seca hasta octubre, y estábamos en junio y no paraba de llover y nevar casi todas las semanas, lo que es muy atípico en esta zona, y por lo que había podido escuchar en la conversación del rescate de los tres andinistas desaparecidos, el tiempo posiblemente no me acompañaría…
Bajamos ambos del hotel, y al girar en la primera calle estaba la furgoneta parada de Francisco (Franpisco Adventure), y tras saludarme en la parte delantera se sentó Francisco al volante con su esposa al lado, un niño pequeño, que no paraba de mirarme con curiosidad y Hosterlin, mi guía se sentó en la parte opuesta.
Nos adentramos en el gran desorden del tráfico de Huaraz, con el olor a humo de gasoil, los cláxones infinitos y las maniobras bruscas de los vehículos para salir ya a campo abierto, donde no se puede tomar grandes velocidades por los continuos resaltes en el suelo y socavones de la carretera sin arreglar.
De repente giramos en un pueblo a la derecha y se paró la furgoneta, se subió una mujer joven vestida a la andina con un gran pañuelo a la espalda donde llevaba un niño pequeño, me saludó y se sentó tras de mí, y la furgoneta comenzó a ascender por una pista sin asfaltar por el paisaje de eucaliptos y chumberas.
La mujer le va indicando a Francisco el conductor por dónde ir, cruzamos un arroyo con la furgoneta, aquí en Perú todos los vehículos son todoterrenos.
Paramos un momento en una casa de una aldea y la mujer se bajó para volver al minuto con un cubo grande de plástico vacío ( que luego sería para recoger agua del río).
Seguimos por caminos cada vez en peor estado, la furgoneta se retorcía en los socavones y de repente se detiene…
Nos bajamos y allí estaba el mulero que nos llevaría los enseres de la expedición, se llama Fredy y será nuestro mulero, porteador y cocinero estos 6 días de expedición, la mujer andina es su esposa se llama Rosalía y entre ellos hablan en quechua.
Me despido de Francisco y su esposa y me quedo con Hosterlin y Fredy, los tres seremos la expedición al valle Ishinca, hoy subiremos al campamento base (4400 metros), mañana al nevado Urus(5495m), pasado mañana al nevado Ishinca(5530m) y luego portearemos al campamento dos a 5200 metros las tiendas y alimentos, sin mulas pues allí no llegan, para al día siguiente subir al Tocllaraju(6035 metros) y desde la cumbre bajar al campamento uno directamente previo paso por el campamento dos. Veía la agenda un poco apretada incluso para mí, no eran distancias largas en exceso, pero yo no sabía cómo iba a reaccionar mi cuerpo a esa altura, pues nunca antes había pasado de 5100 metros.
Hosterlin y yo comenzamos la marcha con una mochila sin excesivo peso, las tres mulas llevarían la carga, vamos caminando por veredas tranquilamente mientras Hosterlin mi compañero inseparable estos seis días me cuenta cosas de Perú.
En poco rato nos pasan las tres mulas con su carga y más adelante en la sombra de unos árboles desconocidos para mí Fredy nos prepara el almuerzo.
Hace algo de calor y mientras comemos se acercan unos insectos enormes hasta nosotros, son tábanos, si no estás atento te pueden sacar medio litro de sangre, conseguimos matar uno, casi le tuvimos que disparar con un rifle…
Se le han desperdigado las mulas a Fredy mientras comíamos pero en poco consigue reintroducirlos en la senda que lleva a la quebrada de Ishinca, nos metemos en un angosto valle surcado por un río.
Tras cruzar el río por un puente nos adentramos en el valle que asciende lentamente, Fredy ha seguido adelante con las mulas.
A mitad del valle encontramos una caseta del parque Nacional de Huascarán y allí me dice el joven guarda que tendré que pagar la tarifa de un mes en el parque que son 150 soles, ya había pagado antes 30 y 10 soles en las lagunas, me podría haber ahorrado los 30 si me hubieran informado del pase de un mes antes.
Sin novedad seguimos por el valle hasta que desaparece la arboleda y llegamos a una explanada donde montamos el campamento base.
Una vez montado Fredy nos prepara unas palomitas de maíz que las disfrutamos como niños, me ha contado Hosterlin que el Urus está sobre nosotros y tendremos que subir mil metros en dos kilómetros de longitud por una ladera que empinada que va hasta los 5495 metros del Nevado Urus, será muy intensa la subida y una gran prueba para mí, pues apenas he caminado día y medio en ruta y entre aviones y vehículos estuve casi cinco días sin moverme, no sé si será suficiente para ascender hasta el Urus.
Las nubes impiden ver las cumbres, delante nuestra hay una colina partida por el arroyo que baja de las lagunas bajo los glaciares del Tocllaraju, que me cuenta Hosterlin que significa hielo peligroso y que tendremos que escalar en la nieve dos largos y medio para llegar a su cumbre (cada largo de 50 metros), que luego a la bajada se harán rapelando. Las otras dos cumbres de cinco mil son menos técnicas pero también hay que subir que no es gratis.
Las previsiones del tiempo no son muy buenas, pero al menos parece que habrá dos días de relativo buen tiempo, a la izquierda tenemos el refugio de Ishinca que también es una posibilidad para dormir en vez de en tienda de campaña.
Hasta la hora de la cena me quedo observando las nubes, y haciendo pequeños ejercicios de estiramiento, en unas horas comienza la fiesta, siento gran tensión, durante mis años en la montaña me he sometido a grandes desafíos, Mont Blanc, Monte Ararat, Monte Elbrus, polo norte en invierno, pero nunca a tanta altura, ni tantas cumbres en tan poco tiempo, entro en un estado de concentración- meditación necesario para rendir mi cuerpo al 120 por ciento, es clave cuando no tienes una preparación física muy prolongada en altura que hubiera sido lo deseable.
Cenamos, Fredy cocina muy bien, nos echamos unas risas y cada uno a su tienda, a las una y media nos levantaremos para subir a las dos de la madrugada, Hosterlin teme que en la cumbre haya demasiada nieve(muchas veces por esta fecha no la hay) y para bajarla si es blanda puede ser muy peligrosa al estar muy empinado. Así que a las seis se hizo de noche, a las siete cenamos, y a las ocho nos acostamos, la tienda era un palacio sólo para mí, pues ellos dos dormirían en la otra.
No es fácil dormir con la tensión del ascenso a un cinco mil, que además la subida sin ser técnica es muy dura, pero es necesario, una buena meditación blanca y caigo dormido.
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13 de junio de 2025.
Me he despertado a la hora convenida, pero no les escucho a ellos, así que me pongo las botas y salgo de la tienda a despertarles.
Fredy nos prepara una infusión caliente y nos carga agua caliente para el camino por si arriba hace demasiado frío, nos colocamos todos los cacharros, arnés incluido y salimos Hosterlin y yo hacia arriba, la función de Fredy no es subir montañas.
Encendemos los frontales, Hosterlin me dice que a ver si a las seis estamos arriba y vemos el amanecer desde los alto son las 2.15 de la madrugada, yo doy el silencio como respuesta, ya se verá, es futuro.
Solo andamos 5 minutos en llano hasta llegar al borde del valle, desde aquí el desnivel es como mínimo del 15 por ciento sin ningún descanso importante hasta la cumbre salvo que te pares.
La luna asoma en lo alto, está casi llena y apagamos los frontales, hemos tenido suerte, el tiempo será bueno, hay nubes dispersas pero no amenazan con taparnos, vamos a un paso suave, pero a pesar de ello me asfixio, apenas he estado quince minutos caminando sin jadear demasiado, pero la pendiente lo justifica.
Una vereda estrecha nos lleva hacia arriba, Hosterlin se vuelve de vez en cuando a esperarme, yo no puedo hacer más de lo que estoy haciendo, asfixiarme sin fin…
Me pregunta qué cómo voy, yo siempre respondo que muy bien, al menos puedo hablar, todavía…
El camino sigue y sigue, y yo sigo y sigo asfixiándome, pero apenas gasto tiempo en pensar y me centro en mi cuerpo, para hacer automáticamente lo que sabe hacer caminar, y así, indefinidamente una eternidad.
Hosterlin me dice que tenemos que ir a la derecha por debajo de las paredes, se ha complicado bastante pasamos por una zona de roca muy lisa y vertical, me tiene que ayudar en algunos pasos, y en cada sobresfuerzo me asfixio por momentos, pero quien algo quiere algo cuesta, seguiré sin dudarlo.
Me tomo un gel energético, me he percatado del miedo al ver las paredes que vamos a subir, y eso ocurre cuando tengo hipoglucemia, las paredes son lisas pero tumbadas, y en muy poco llegamos a la nieve.
Ya ha amanecido y nos falta un buen rato, nos ponemos los crampones y me asegura a él, ya hay luz, pongo a funcionar mi cámara GoPro, este tramo da un poco de miedito a medio oscuras.
Y de frente un nevero, puede tener una inclinación de 45 grados, o más, lo afrontamos rectos, para mi desesperación, Hosterlin me cuenta que si hacemos zetas podemos provocar un alud, la nieve está inestable por las altas temperaturas, y entonces muero entre parada y parada, y muero y muero otra vez sin aire, el nevero es infinito, parece que mide miles de kilómetros…
Pero no es nada diferente a lo que he hecho otras veces, sufrir, y en lo de sufrir no me gana nadie, iba a soltar un chiste fácil sobre mi matrimonio, pero me lo callo por respeto a mis hijos…
Así que esta pendiente no es nada diferente a lo que he hecho tantas veces en mi vida, y por obligación, ahora tendré una recompensa enorme.
Pasamos el nevero mortal, y luego ya todo por nieve la cumbre está a la izquierda, en un mixto de nieve y rocas, me recuerda al Mont Blanc pero con menos hielo y sin gente…
El mixto es divertido aunque vaya reventado, pero engaño mi cerebro con lo de que puedo aguantar eso y muchísimo más, he hecho muchos videos de la subida, aunque la cámara Gopro va haciendo ruidos raros, pero no tengo fuerzas para pensar en ello.
Y se va alargando ,parece que no llega nunca, detrás de cada cumbre hay otra detrás, ya me lo había advertido Hosterlin, no es lo que parece, hay más. Y yo voy resoplando y resoplando.
Por fin. ¡cumbre!, ha sido muy duro, pero enseguida se olvida el sufrimiento, supongo que un parto será parecido.
Las cumbres nevadas nos rodean por todas, partes, a nuestra espalda el Tocllaraju, arriba, imponente y desafiante de hielo vertical.
Y a la izquierda a lo lejos el Ishinca, el nevado que tendríamos que subir mañana.
Disfrutamos de la cumbre, han sido cinco horas para llegar, pero hay que volver el sol empieza a dar en la nieve y en la zona mixta de nieve y roca se puede volver muy peligrosa, incluso para los crampones…
Bajaremos por el mismo sitio, solo que ahora yo voy delante, Hosterlin me asegura con la cuerda, si me cayera me detendría y me quedaría en el sitio.
Llegamos de nuevo a la pala vertical, bajamos por nuestras propias huellas, da bastante vértigo bajar de frente con tanta pendiente, pero la nieve agarra muy bien todavía.
La bajada es también larga por el cansancio pero al menos puedes respirar cuesta abajo, cuesta arriba en cada paso respirar tres veces.
Hosterlin me va diciendo que no me ve para hacer el Tocllaraju, que no estoy aclimatado, que hubiera necesitado unos días más subiendo en altura, yo estoy muerto apenas puedo pensar, ya veremos, es futuro…
Llegamos al campamento base, me quito las botas y me pongo a estirar y a hacer unos ejercicios de fuerza, Hosterlin me propuso descansar al día siguiente y dejar sin hacer la cumbre del Tocllaraju, pues no me iba a dar tiempo de aclimatarme para ella.
Tras almorzar me pongo a descansar en la tienda y a ver los vídeos que he grabado con la GoPro, para mi sorpresa encuentro que no hay nada, le di al botón equivocado, se perdieron las trepadas por la roca, la subida por el vertical nevero ,las vistas de la cumbre, pero todo pasa por algo, me acabo de dar cuenta que mi cabeza no funciona bien, apenas puedo pensar, estoy bajo los efectos de la altura y mañana subir al Ishinca podría ser hasta peligroso…
Salgo corriendo a hablar con Hosterlin que estaba descansando en su tienda.
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Hosterlin, sabes, no he grabado nada de la cima con los vídeos tan espectaculares que iban a salir.
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Y eso amigo, qué ha pasado.
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Ha pasado que tan solo tiene la cámara dos botones y le estuve dando al otro todo el rato. Pero lo peor es que ni estando abajo sabía que botón era el correcto, mi cabeza no anda bien , tienes razón.
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Ya te he dicho, Fran. Que te recomiendo que mañana hagamos algo más suave para que te aclimates mejor, y dejemos el Tocllaraju para otra ocasión, no teda tiempo a estar listo. Es muchísimo más que un cinco mil, son dos largos y medio de escalada, que es mucho más esfuerzo.
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Sí, mi cabeza no está bien. Estoy agotado y no me he dado cuenta, la cámara ha sido el detonante para que medite que no me encuentro bien.
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Fran, andas bien, pero no has tenido tiempo para aclimatar, lo más sensato es desistir.
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Y a dónde me levarás mañana, que hay que andar para que no salgan agujetas.
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A las lagunas de las morrenas del Tocllaraju y del Palcaraju, es un sitio con grandes vistas…
Y así fue cómo cambiaron los planes de la expedición, de todas maneras las previsiones no eran muy halagüeñas, y con mal tiempo sería imposible subir al Tocllaraju.
Me relajaré y mañana no habrá que levantarse a las doce y media de la noche, mi cuerpo lo agradecerá, en realidad creo que estoy un poco destrozado…
«Pero aunque muera cada momento y muera cada noche. Lo intentaré otra vez, una y otra vez, fui hecho de la manera que soy, no soy una piedra, pero nunca bajaré mis brazos…
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