Esta vez quedamos el viernes por la noche en Hoyos del Espino,Alejandro,Jesús,Josechu y yo,alojándonos en una casa del Hostal Altogredos,con chimenea , leña gratis y muy buen trato.
A las ocho de la mañana quedamos con SuperCandy en la plataforma, que vino acompañado de Javier y su perrita risquera Luna,de la inagotable cantera de Montañeros de Béjar.
Cuando salimos del hostal la mañana era templada y calma,pero en la plataforma estaba Maese Viento esperándonos para refrescarnos las ideas, y se unió con nosotros a la excursión,no quería perdérsela,y entonaba su canción:
«Suaves susurros
suenan en silencio,
sin sabor,
sin hablar,
sin mentir,
soy yo…
el viento
en tus oídos»
El camino de las piedras otra vez,inalterable,nos esperaba con su sonrisa sarcástica prometiéndonos una vuelta muy dolorida, y el amanecer se desperezaba bisoño dándonos la bienvenida,estábamos en casa,todo en su sitio,como siempre.
Seguimos el caminito de Gredos hasta desviarnos a la izquierda poco después del cruce de Reguero Llano,vamos a evitar el Prado de las Pozas, la generosidad de las nubes han dejado en la última semana casi quinientos litros de lluvia,todo está rezumando agua, cogeremos la cuerda que va al cerro Cagarruta para no tener que bañarnos más de la cuenta.
El senderito marcado por hitos es claro, ascendemos poco a poco, con Maese Viento,silbándonos a través de las correas de la mochila poniendo banda sonora esta mañana. Las nubes se desparraman desde el puerto de Candeleda y empujadas por Maese Viento huyen valle abajo raspando suavemente las lomas,parece que tienen mucha prisa por irse de Gredos,hoy no hay mucha gente que ver,irán a una ciudad a espiar desde arriba,dónde se siente todo.
» Y tendrás
una caricia,
sin sentirla
sin hallarla,
en un sueño
no soñado,
pues yo estoy
a tus pies,
en tus ojos,
en tu aliento…»
Llegamos al pie del Cerro cagarruta y cruzamos el prado para luego ascender hasta la cuerda del Morezón,aquí paramos a retratarnos con nuestras primeras vistas de la laguna penumbrada y el Almanzor en lo alto desafiante y reclamando sus mulas con sus tesoros.
En muy poco tiempo estábamos en la cruz del Morezón, repegada con tiras de cinta americana y desclavada del suelo,por lo que no podías ni tocarla. Más fotos,del circo de Gredos desde arriba, una vista asequible y muy bonita.
Comenzamos la segunda parte de la ruta camino a la portilla del Morezón,hay que bajar,con mucho cuidado. Si sigues por la cuerda dirección a la portilla enseguida cae el Morezón a la Portilla,son grandes piedras y hay que ir pendiente de los mojones que se van a la derecha,hay un pasito un poco difícil, pero si miramos bien y buscamos el sitio se baja sin mucho peligro.
El Morezón poco antes de bajar de su cuerda. |
El paso más difícil que tuvimos que afrontar. Había que sacar un poco el culo al aire. |
Almanzor al fondo. |
Llegando a la Portilla del Morezón,la Portilla de las Hoyuelas más al fondo y el Enano a la izquierda. |
Una vez en la Portilla del Morezón nos vamos llaneando a la Portilla de la Hoyuelas,todo marcado por mojones,aunque con nuestro GPS humano Candy no nos teníamos que preocupar mucho de ello. Y desde aquí la impresionante vista del Risco del Enano.
Risco el Enano. Maese Viento me contará su historia algún día. |
Y en la portilla de las Hoyuelas nos esperaba Maese Viento y me prometió que me contaría la leyenda del Enano de Gredos,pero hoy no estaba para historias tristes y me entonó su canción de nuevo:
Portilla de las Hoyuelas,Garganta Blanca al fondo. |
» Y mi rumor
oneroso
en tu espalda,
en un susurro
que se pierde
en el valle,
soy yo,
quien mesa
tus cabellos
ya me voy,
por un momento,
… volveré»
Nos dirigimos hacia el risco de la Ventana,pasando por la cara oeste del risco del Enano. Toda esta zona es un museo de estatuas de piedra, con riscos, agujas, risquitos,rocas y precipicios en todas partes y de frente el Almanzor y La Galana.
Cuchillar de las Navajas y Almanzor. |
Morezón a nuestras espaldas. |
Llegamos al pintoresco risco de la Ventana, donde nos deleitamos de su belleza y armonía, y al asomarnos a la ventana estaba Maese Viento otra vez:
» Soy el viento
que hablo al verte,
en la ventana,
siénteme,
escucha
mis silbos,
en la ventana
siénteme,
otra vez,
yo te llevaré,
si quieres,
muy lejos»
Y tras disfrutar en la ventana nos diriginos bajo los hermanitos, que parece la mano de un gigante enorme dormido y aletargado a nuestros pies engullido por la montaña, por la cara oeste donde Maese Viento no nos canta su canción, de risco en risco por hitos pedregosos y piedras apesadumbradas, llegamos a la máxima diversión;
La placa,el octaedro,el lavadero de muchos nombres para una plancha inclinada de roca que se empina abajo para subirte un poco las pulsaciones. Si vas por la grieta junto a la pared, es muy fácil, hasta Luna la perrita bajó entre risas.
La famosa placa de los Hermanitos, con tranquilidad y temple es sencilla. |
Tras la placa subimos a la Portilla de los Hermanitos y además de la nueva vista a los abrumados valles del sur,de nuevo Maese Viento con su cantinela:
Cartel de la Portilla de los Hermanitos. |
«Perdido estoy,
extraviado voy,
en un sol,
en una nube,
en una voz,
búscame…
y me encontrarás,
aquí soy,
aquí estoy…»
Pasando estaba el pirulí del tercer hermanito, desafiando al cielo y a la gravedad, preparado desde tiempo ancestrales para que lo retratáramos,eso es ser previsor.
Tercer Hermanito, rascando las cosquillosas nubes. |
Seguimos a la Portilla de los Machos que hay hitos y senderito por sus dos extremos, yo decidí hacerlo por la izquierda como si ascendiera al Casquerazo. Es un tramo de ascensión continua y al llegar a la portilla,de las más grandes de Gredos, seguiríamos por la cara sur en nuestro nuevo ascenso entre grandes bloques al cuchillar de las navajas. Aquí Maese Viento,juguetón y gamberrete,quería despeñarnos en cada salto, y estuvo mucho rato acompañándonos con su canción:
Portilla de los Machos. |
Llegando a la Portilla. |
Subiendo el cuchillar. Maese Viento nos lo puso muy difícil. |
» Y tus palabras,
me llevaré,
lejos de los oídos,
y soy yo,
sobre tu piel,
rozando tu cara,
hablando a solas,
y tus sueños
robaré,
y tus daños
hurtaré,
a partes iguales…
Me olvidarás,
sin saberlo,
sin sentirlo,
cuando me vaya,
como si nunca,
hubiera existido.
Quién recuerda
al viento,
que no te derriba,
quién me añora,
si mañana me tienes,
de nuevo,
me olvidarás,
y por ello,
te golpeo,
con furia,
y me llevaré
tus afectos,
como si alguna vez,
no hubieran existido,
y no volverán,
no, no lo harán…»
Maese Viento hoy tan rabioso, es duro andar entre las rocas, pero poco a poco llegamos a la cuerda del cuchillar, es impresionante. La laguna alargada,interminable a tus pies, Almanzor a tu lado recordándo quien es el amo de este paraje, y los hermanitos y demás piquitos a tu derecha sobresaltándose por la perezosas nubes que se niegan alzarse más arriba de la tierra.
El Almanzor al fondo vigilándonos. |
El casquerazo nos guarda las espaldas. |
La laguna esparcida a nuestros pies. |
Cuerda del Cuchillar y Casquerazo. |
Jesús perseguido de nubes. |
Cresteando tras los hitos, con resbalones en el lado de la sombra y un buen precipicio a nuestros pies, con mucho cuidado llegamos al Sagrao(2508 metros).
Vista a la cara sur,donde apretaba más el viento. |
Nos espera Almanzor. |
El Sagrao,2508 metros. |
Aquí está lo mejor,el paso de Las Termópilas o del Sagrao, una cornisa en el precipicio con el Almanzor de testigo y una mano de tres dedos queriéndo aferrarse al cielo, es sencillo el pasaje, pero de lejos asusta bastante,y una vez más, no pierdas los hitos o te meterás en problemas, si no llevas a Candy.
Museo de estatuas de piedra y de carne. |
Hay que bajar a la Portilla Bermeja,el final de la aventura nueva, lo que viene ya no es extraño para mí. En la portilla encontramos a otros montañeros, era la primera vez que los veía de cerca en el día,estaba claro que era tarde para subir al Almanzor,las tres de la tarde es hora de volver en un día otoñal.
Portilla Bermeja cara sur. |
Javier y nuestro SuperGPS Candy. |
Portilla abajo hacia la hoya Antón y allí nos empezamos a encontrar a los participantes de la Ultra Trail de Gredos, que salía de Candeleda y con más de diez mil metros acumulados de subida y bajada, algo increíble.
Desde abajo lo que habíamos hecho. De izquierda a derecha, El Enano, la campana, la ventana, los Tres Hermanitos y el Perro que Fuma,algún día aprenderé a escribir en las fotos lo prometo. |
La laguna vestía de otoño con los tonos ocres y melancólicos del atardecer cúprico. Maese Viento seguía con nosotros, pero parecía que su melodía era más lenta:
«Yo soy el dueño
del cielo interminable,
yo soy el sueño
que te acaricia la piel,
yo soy el agua
que azota en la cara
y cubre tus ojos,
yo soy la nube
que huye despavorida
y se aleja entre picos,
yo soy la calima
que ahoga de mi ausencia
y te turba la vista,
yo soy la niebla
que aprieta entre riscos
y te pierde el camino,
Yo soy quien soy,
siempre estoy aquí,
y nunca me recuerdas…»
La vuelta por el caminito de Gredos, de las piedras interminables, entretenida con tanto superhombre y alguna supermujer de la Ultra Trail, por aquí ya todo va en monotonía, como cualquier atardecer dorado de otoño,que se alarga en el cielo interminable,aferrándose a las nubes para tratar que la noche se demore.
Cartel nuevo en Barrerones. |
Llegamos a la plataforma donde nos esperaban nuestros vehículos.
Cumplí mi promesa a Maese Viento,esta vez me iba a acordar de él en la crónica, pero yo sólo puedo transmitir algunas cosas que me susurró y si le sigo escuchando me contará historias de Gredos que nadie conoce salvo él.
Ya casi nadie escucha lo que cuenta, nuestras cabezas están saturadas de imágenes en un mundo digital, y se nos ha olvidado que tenemos oídos,por eso, si quieres escuchar su melodía, su música incesante y armoniosa,tendrás que venir a Gredos, y seguro que te estará esperando,pero no le ignores, o se enfurecerá…
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