En Eslovenia. 3. Travesía por los Alpes Julianos. Desde el refugio de Vodnikov al refugio de Bogatinom.

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20 de junio de 2023. De Vodnikov a Bogatinom, cambiando de valle glaciar.

Y habíamos subido el día anterior al Triglav, la cumbre nacional de Eslovenia que todo esloveno debe hace alguna vez en su vida, una aventura que es vertical y emocionante, vertiginosa y de las más gozosas que puede hacer un montañero sin correr excesivo peligro…

Y había amanecido, y tras desayunar pan con paté y algo de té, saltando con exceso mi dieta exenta de gluten y cereales nos despedimos de Robert, nuestro compañero de cima del día anterior, y de la pareja de madrileños que iban a subir ese mismo día, les deseamos suerte y emprendimos nuestro camino hacia el refugio de Bogatinom, nos esperaban 21 km de ruta, cruzando un puerto de montaña de 2300 metros que estaba lleno de nieve blanda y peligrosa, según nos había contado la pareja de Berlinesas que la habían cruzado hace dos días, y yo con botas de verano que se calarán y con la suela lisa, será divertido…

Tenemos que encontrar la senda que no baja al fondo del valle glaciar que vamos a cruzar pues nos dirigimos a su cabecera y no queremos perder altura.

César me indica que sigamos el track que va perdiendo poca pendiente,se coloca delante marcando el paso.

Voy realmente mal, no tenía que haber comido pan, me ha dado un ataque de asma y estoy asfixiándome, hasta que al cabo de la media hora decido usar el dispositivo del asma, voy sufriendo demasiado aunque lo haga de vez en cuando para prepararme para las grandes cumbres, pues allí subes con menos oxígeno, o sea, en esas alturas es como si todo el mundo fuera asmático como yo.

Cruzamos el regato seco del río que en este tramo se hizo subterráneo y entre prados y bosques vamos dejando atrás el refugio en el que pernoctamos, y vamos pasando al sur  del Triglav  buscando el oeste hacia el otro valle.

Empezamos a subir y la vegetación va desapareciendo, vemos cómo se estrecha y empina el valle al mismo tiempo que la roca se hace presente por todas partes y vemos la nieve que empieza a aparecer como esperábamos de ella.

 

 

Tenemos que tirar de GPS para seguir el camino tapado por la nieve, se nos gira a la derecha para cruzar una ladera tapada de nieve y con mucha pendiente y caída…

Ahora entendemos la turbación de las Berlinesas al hacer este camino, echamos de menos los crampones pero en la cabina del avión no viajan y si vas de mochilero  tienes que limitar el equipaje y confiar en tu destreza en la nieve blanda que no es poca a estas alturas de la vida montañera…

Voy delante abriendo huella, apenas se ve huella del día anterior, se me han calado las botas al llevar ya la media hora en la nieve, paso a paso concentrado, clavando bien los bastones y teniendo claro que se te resbalas y te caes te pones de cara a la nieve y te abres de piernas y de brazos tratando de hundir los bastones horizontalmente en la nieve, lo aprendí hace unos años en una caída de cien metros, había hecho un curso de detención pero no me explicaron cómo actuar en nieve blanda,  y lo aprendí en tres segundos, y suerte que lo aprendí sobre la marcha o posiblemente no estaría escribiendo estas líneas…

Hemos pasado la primera ladera, ahora viene otra un poco más tumbada pero su final es con barranco muy profundo, despacito y buenos pasos, es una forma de meditar…

Estamos ya por debajo del puerto, nos queda que subir una pendiente empinada, pero de repente sin esperarlo vemos a una joven rubia solitaria perfectamente equipada con su casco y su piolet que bajaba por la ladera, abriéndonos la huella, para nosotros fue nuestro ángel, aunque apenas nos miró al pasar a nuestro lado, pero nos dejó el camino abierto en la nieve hasta la parte de arriba del puerto de montaña, cuando pintaba que tendríamos que pelearlo bastante.

Llegamos arriba, nos cambiaremos de valle y desde aquí miraremos por última vez el Triglav que se queda a nuestra espalda…

 

Buscamos en el GPS el camino, está todo lleno de nieve y no se ve, y tenemos que cruzar el collado, la nieve está perfecta, se podría bajar corriendo si quisiéramos, empezamos ahora  a disfrutar de verdad en el día…

 

Avanzamos muy deprisa teniendo especial cuidado cuando la nieve se aproxima a las  roca pues debajo suele estar el hueco invisible que te traga, pues  el sol calienta la roca y derrite por debajo sin que lo veas…

Nos metemos en otra ladera muy empinada, pero cuando se pone el avance muy difícil gira el camino  hacia una zona sin nieve que nos hace bajar sin peligro, ahora entendemos la congoja de las Berlinesas al cruzar el puerto en pantalón corto y en dirección inversa a la nuestra que tiene mucha nieve blanda en ascenso, tuvieron que sudar y patinar bastante.

Vemos al fondo un refugio al que no iremos y nos cruzamos con una laguna llena de nieve en su borde, pequeña, de la que no soy capaz de reproducir su nombre. Allí nos encontramos un Francés que marcha en solitario y nos pregunta cómo está el puerto, está haciendo una ruta alpina que cruza toda la Cordillera Juliana, le deseamos suerte con la nieve blanda, pero al final se quedará en el refugio que vemos al fondo.

Seguimos bajando con prisa, pues tenemos un pequeño problema, tenemos que llegar antes de las cinco de la tarde pues se anularía la reserva, César no para de llamar cuando consigue un poco de cobertura, pero no le cogen el teléfono, también trata de mandar correos electrónicos pues el teléfono de destino no tiene “Watshapp”, pero no hay manera.

Hemos llegado bajando a un lago bastante grande, “Ledvica Jesero”, paramos un momento a hacer fotos tras subirnos a una pequeña prominencia del terreno que hace de mirador y grabo un vídeo.

 

Empezamos a rodearnos de bosque y seguimos cuesta abajo, me dice César que llegaremos a un refugio con un lago muy bonito pero está cerrado, hasta la semana que viene no lo abren, a César le hubiera gustado dormir aquí pero tenemos que seguir al de Bogatinom, que sí está abierto e hicimos reserva,  que se encuentra a unos 8 km que deberían ser cuesta abajo, pero el track del “wikiloc” dice que nos faltan 400 metros de desnivel por subir y 200 por bajar , parece que está loco el track.

Paramos un momento en el refugio llamado “TriglavsKih Jezerih” o refugio del lago del parque, hay algunos turistas, yo encuentro una fuente  para saciar mi sed, César aprovecha que están preparando  el refugio para abrirlo la semana que viene y se pide una cerveza, sigue intentando contactar con el refugio que vamos sin conseguirlo, difícilmente llegaremos antes de las cinco de la tarde, habría que correr mucho y nos hemos parado a hacernos fotos en el lago, donde un turista nos hace alguna sin que se lo pidiéramos.

Hay que seguir, el bosque es espeso y tras dejar atrás el lago “ Dvojno Jezero”,  comienza un descenso muy vertical entre los árboles, las siguientes dos horas las pasaremos de continuo descenso y ascenso, pues al ser un relieve calcáreo o Kárstico los desplomes de la montaña te obligan a subir continuamente para salvar obstáculos teniendo cuidado de no  salirse del camino pues te podría engullir una sima de una cueva subterránea…

El camino parece que va entre una selva por la espesura de la vegetación, y durante dos horas subimos y bajamos, bajamos y subimos, y subimos, los 400 metros de desnivel eran correctos, hasta que por fin vemos abajo nuestro refugio, son las 5:20 de la tarde, llegaremos sólo media hora más tarde de lo requerido.

 

Al entrar nos damos cuenta enseguida por qué no nos  descolgaban el teléfono, el refugio lo regenta una pareja mayor, él se ocupa del bar y la recepción  y ella de la  cocina, y él no sabe ni una palabra en inglés, ni siquiera decir el número de la habitación que nos da, con capacidad para cuatro personas pero estaremos los dos solos, se agradece, pues el refugio está lleno de adolescentes, y como es natural, son muy ruidosos…

Pasamos tranquilamente la tarde hasta la cena, después de una ducha de apenas dos minutos por 5 euros, el agua en teoría no era potable por el cartel que pusieron en los lavabos, pero estaba muy fría y los adolescentes llenaban las botellas ignorando los carteles.

En la cena sólo nos dieron un plato y sin postre, nos gustaba más el otro refugio aunque fuera de la misma empresa…, se comía mucho mejor y había más ambiente montañero, estamos situados sobre la vertical del lago Bohinj bastante lejos del Triglav y aquí son excursionistas los que vemos y la mayoría adolescentes, la verdad que ellos  hacen sentirnos un clásico…

 

 

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