Espérame desnuda
en el umbral de mis sueños,
sin esperarme.
Háblame despacio
entre mis párpados cerrados,
sin que te oiga.
Mírame dulcemente
escondida en las sombras,
sin que lo sepa.
Tócame rozando
con tus cálidas yemas,
sin llegar a tocarme.
Y entonces te lloraré
sin lágrimas,
te maldeciré
sin palabras,
te odiaré
sin sentirlo.
Como el viento derramado
en una caverna vacía.
Espérame despacio
en un oscuro hueco,
sin esperarme.
Añórame tristemente
desde tu cuarto vacío,
sin llegar a verme.
Deséame ardientemente
cubierta sólo de tu deseo,
sin llegar a tenerme.
Y entonces te miraré,
y te pensaré,
y te volveré a soñar
como el sueño
que siempre he soñado.
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