La Covacha desde el Refugio del Brezo. Cielos, nubes, rocas, prados, arroyos…, reviviendo tu niño interior.
Y un buen día cuando tenía cinco años, le pedí a mi yo adulto que nunca olvidara a su niño interior, aquel que ríe, disfruta, sueña y vive con ilusión cada minuto de la vida, cada instante con la curiosidad de descubrir un mundo nuevo, un mundo vivo y hermoso en el que ser feliz…, pero realmente no fue así… Llevaba demasiado tiempo sin hacer lo que me gusta, dos problemas de salud, el último que pudo ser muy grave, me habían demostrado una vez más lo importante que es vivir cada momento de la vida como si fuera el último, llevaba mucho tiempo sin hacer grandes cumbres y mi … Continuar