En la Peña Trevinca. Y sencillamente…,esto se ha acabado.¿Quién quiere vivir para siempre?

publicado en: Otras Montañas, Rutas | 5

No hay tiempo para nosotros,

no hay lugar para nosotros.

¿De qué están hechos nuestros sueños,

… que se nos escapan…?

¿Quién quiere vivir para siempre?

No tenemos ninguna oportunidad,

todo está ya  decidido para  nosotros.

Este mundo tiene un solo dulce momento,

 determinado  para nosotros.

¿Quién quiere vivir para siempre?,

cuando el amor debe morir…

Pero acaricia mis lágrimas con tus labios,

siente mi mundo con la yema de tus dedos,

y lo podemos  tener para siempre,

y  podemos amar para siempre,

para siempre es nuestro hoy.

¿Quién quiere vivir para siempre?

Para siempre es nuestro hoy.

¿ Y quién, de todas formas, espera para siempre?

     Who wants to live forever?    QUEEN.

 

Y el vértigo de los años se apoderan de tu mirada  cuando te das cuenta que va quedando menos para aquello que nadie quiere, pero es lo único seguro que te espera, pues te da una vida entera para alcanzarte…

Y no hay tiempo para nosotros, no hay tiempo que perder. Hace más de dos años que conocí a Daniel, el gran montañero y guía Sanabrés en el puntal de Vacares de Sierra nevada, entonces le prometí que iría a ver su tierra, con esta promesa pasaron muchos, muchos días pero por fin para celebrar mi nuevo cumpleaños o “cumplecumbres” le propuse a Candy  “ el GPS humano de Gredos” que nos fuéramos a Peña Trevinca, la cima que comparte la comarca de Sanabria con la de Valdeorras, y no solo se apuntó él, si no que lo harían Eloísa y Noemí, las chicas extremeñas amantes de las cumbres…

Y no hay lugar para nosotros…, no hay un solo lugar en este mundo, pues toda montaña es anhelo de los que nos gusta sentirlas, y el viernes 17 de Mayo a las seis de la tarde recogí a Noemí en Villanueva de la Serena, una hora y poco más tarde a Eloísa en el Casar de Cáceres y a Candy en Béjar más allá de las ocho de la tarde.

Los kilómetros se sucedían uno tras otro viajando paralelo al ocaso  hasta que llegamos al albergue refugio de San Bernardo más allá de las doce de la noche con la expectante espera de la pareja de guardas de madura  edad que se querían ir a dormir, nos dieron una habitación con doce literas y tomamos para cada uno de nosotros una hilera de ellas.

Daniel trabajaba al día siguiente, iba a llevar un grupo a Peña Trevinca, y la suerte  en su trabajo es que le puedes visitar  mientras trabaja, pues su trabajo y devoción es la tuya también. Así que quedamos a las nueve de la mañana de la laguna de los Peces, y si no nos veíamos allí nos alcanzaríamos durante la ruta pues haríamos el mismo trayecto.

Asimismo quedé a esa hora en la laguna de los Peces con mi amigo Miguel Ángel que ahora trabajaba en Salamanca, con Miguel  fui protagonista de mi primera “cumplecumbres” hacía 3 años en el Belesar…

Las previsiones daban mucho frío e incluso nieve, pero habían mejorado mucho con respecto a lo que anunciaban días antes, así que tendríamos una primavera invernal, lo que se nos hacía apetecible con más de 30 grados en Extremadura a estas alturas del año…

Nos levantamos a las siete y media y tras vestirnos y preparar las mochilas nos bajamos con el coche a la cercana localidad de San Martín de Castañeda,  al salir del parquin del albergue nos dimos de bruces con el coche de Miguel Ángel, y tras saludarnos  nos bajamos los cinco en mi coche a desayunar.

Allí estaba todo cerrado, y eso que  eran más de las ocho y media, pero por fin encontramos un bar para tomar un café con una magdalena que nos abrieron para tal fin.

 Partimos hacia la laguna de los peces, eran casi las nueve y cuarto cuando llegamos, el día estaba revuelto y  había caído una fina capa de nieve, Maese Viento soplaba con fuerza y el termómetro marcaba un grado sobre cero.

Al llegar  vimos a lo lejos a Daniel partir con el grupo, le distinguí por su larga y  esbelta figura (pues todos estaban tapados de arriba abajo), y se paró a mirar por si éramos nosotros pero  no le quise saludar pues se iban a congelar con el viento si se esperaban, ya nos veríamos luego de todas formas…

Nos tapamos, yo con las tres capas, pues al principio es cuando notas más el frío antes de caminar, así que estábamos los cinco casi irreconocibles bajo nuestras ropas.

Comenzamos a andar por la planicie, el sol brilla a nuestras espaldas, la nieve en suave capa roza las delicadas flores del urz sanabrés (brezo en castellano).

 

 Nuestros pasos se van adentrando y poco a poco en el camino señalizado que nos llevará a nuestra cumbre, me quedo atrás con Miguel, una vez más mi asma me dificulta el principio de mi camino…, Maese Viento me azota la cara con fuerza…

 

  • Maese Viento…, ¿ y de qué están hechos nuestros sueños…, que tantas veces se nos escapan…?

  • Hoy te animas a hablarme, humano, hace tiempo que no me escuchas…, tu miedo no te deja sentir mis palabras, pues la verdad te hiere…

  • ¿Qué verdad, Maese? , yo te hablaba de sueños no de verdades…

  • Los minutos, las horas, los días, y los años pasarán para ti rápidamente, y te acercan continuamente segundo a segundo a aquello que no quieres oír, no quieres pensar, y hablas de sueños, cuando tu miedo no es que se escapen,…es  que se terminen.

  • Crees que eso es realmente es lo que siento…, Maese.  ¿Y quién quiere vivir para siempre…?

Pasamos una pequeña laguna de nombre ignoto, la niebla roza nuestras pupilas, encontramos un cartel,  y la suave loma empieza a descender a un valle con la presa de la Vega del Conde en su fondo, la imagen es realmente bella…, parecen los “highlands” de Escocia, el verde de los prados se toca y se mezcla con el suave rosa de los miles de uces (brezos) que  se mueven acariciados con el viento, las nubes se relamen en las cumbres redondeadas que rodean al valle, donde un río se debate sinuosamente…,la nieve salpica las cumbres de un blanco que se confunde  con las nubes.

 

Nos hacemos fotos y más fotos, la belleza del momento no tiene precio,  un lienzo de colores llenos de intensidad  impregnado de la fuerza de la vida primaveral que se abre paso a un invierno que se resiste a marchar…

El amarillo de los piornos, el  rosa, el verde, el azul, el blanco, el verde, el rojo, todos en intensa armonía pugnando por dejarte el mayor recuerdo…

  • ¿Cómo es posible tanta belleza?, Maese Viento. Estoy sin palabras…, una vez más.

  • ¿Belleza?, belleza es algo del sentir humano, sólo existe en vuestras necias mentes, Madre Tierra no hace las cosas pensando en vosotros, los humanos…

Las flores las hizo para los insectos, no sois casi nada para ella, solo sois unos necios humanos, llenos de ego e insensatez,…algún  día se hartará de vosotros.

  • Jo, Maese, últimamente estás demasiado frío…, a ver si te pones  de una vez veraniego,…que no hay quien te diga nada.

Nos vamos quitando ropa, pues al bajar hacia el valle sube la temperatura, nos encontramos un grupo de gallegos que pasó la noche en un refugio y nos cuentan que al amanecer  estaba todo cubierto por la nieve, ellos ya vuelven, no subirán al Trevinca pues el tiempo no será bueno…

Ya estamos en el fondo del valle, cruzamos un puente, y nos adentramos siguiendo las señales en busca de la base de nuestra cumbre soñada que tapada de nubes no nos  quiere enseñar su rostro…

Vamos andando por el valle, saltando numerosos regatos, el valle se nos va alargando poco a poco y nuestro deseo de llegar a la base de nuestra cumbre nos lo alarga más,  se nos va haciendo más largo que un día sin pan…

Empieza la subida, la pendiente es grande, con tanta flor, voy bastante afectado por la alergia y me cuesta respirar, me quedo atrás,  la senda se debate entre los brezos y algunos piornos, empieza a nevar débilmente…

Nos adentramos en la niebla y en la nieve, que empieza a aparecer a nuestros pies y nos cae en nuestras cabezas débilmente, veo al grupo de Daniel, están al alcance de nuestros pasos…, pronto podré saludarle.

En un rellano alcanzamos a Daniel, en su grupo van cinco personas, me acerco  y hablamos  por corto tiempo, la nevada va apretando, nos unimos a la cola de su grupo, ascenderemos juntos a mi “cumplecumbre…”

Me dice Daniel que van a parar a ponerse los crampones y el piolet para practicar un poco, nosotros decidimos seguir, la nieve está blanda y no nos parece necesario, nos indica Daniel que sigamos rectos hasta un hito grande y allí hacia arriba, parece fácil, Candy se pone en cabeza, voy a la zaga del grupo, una vez más…

De repente todo está blanco, la nieve nos golpea la cara y la niebla nos impide ver más allá de dos o tres metros, el hito desapareció…

 

Veo a Candy detenido, se ha atascado en una pala de nieve  muy profunda y el siguiente paso es  con hielo y bastante expuesto, sin poder ver a más de tres metros, nos volvemos por nuestros pasos.

En una zona más llana nos colocamos los crampones, por detrás viene Daniel, pero antes de que llegue me decido a cruzar en primer lugar por la zona que nos atascamos, el paso expuesto es muy corto, apenas son 4 ó 5 metros y con crampones no tiene dificultad…

 Tras pasar me quedo grabando el vídeo del momento.

 

Otra vez voy último, tomamos una senda entre la nieve, estamos en la subida que viene desde Galicia, hemos rodeado la Peña para evitar el ascenso directo pues con ventisca era más complicado.

 

Y sin darme cuenta, pues apenas pisamos la vereda nueva, nos encontramos en la cima de la Peña Trevinca…, mi “cumplecumbre” de este año…

 

Gozamos de la cima, a pesar del viento y de la nevada no siento nada de frío, una vez más no somos capaces de encender las velas, ya va siendo costumbre, pues es lo que tienen las “cumplecumbres”, Maese Viento es el principal protagonista del evento…

 

 

Fotos y videos del momento, y alguna bandera bailó al viento, que una vez más  nos tocaba con su aliento…

  • Maese Viento, …¿Y crees que…,ya está todo ya decidido para nosotros?. Realmente existe el destino…, un destino, que viene a por ti en su momento…

  • ¿Y por qué me haces semejantes cuestiones, humano?, ¿acaso temes que se acabe tu tiempo?, ¿acaso crees que no eres responsable de tu tiempo?,¿ acaso crees que podrías vivir para siempre…, si el destino se olvidara de ti…?

  • Maese, ni por mi cumpleaños me vas a complacer…, ganas tengo del verano en tus cumbres, pues no me cuentas últimamente ninguna historia, ni respondes a mis preguntas…

  • No te confundas humano…, no soy yo quien no habla, pues eres tú quien no escucha, son tus oídos quienes están cerrados a mis historias, es tu vacío el que te ocupa…, ¿dejarás de escribir de una vez?, sé que la duda te tortura, y la desgana te toca cada día. Recuerda que todo lo que ocurre será olvidado,… pues nada perdura.

  • Déjame a mí con mis dudas…, Maese…,¿ pero tan desmemoriados somos los humanos?

  • Los humanos estáis hechos de olvido…, en los pequeños huecos de vuestras desmemoriadas memorias apenas quedan recuerdos, apenas la impronta de lo que más amáis y sobre todo, aquello que más os dañó…, templáis el metal de vuestra memoria con lágrimas y risas…, lo demás se borra en la marea de los recuerdos.

  • Pues aprovechemos este dulce momento, Maese. Y prométeme que siempre borrarás mis lágrimas con tu caricia de viento…

Daniel ya descendió con su grupo mientras nos retratábamos una y otra vez, quedamos rezagados Eloísa y yo, empezamos a bajar, y por momentos se abrían las nubes y podía sentir el mundo en la yema de mis dedos…

Y  entonces el color vino a visitar mis pupilas…, los tonos vivos  del valle  luchaban con las inmaculadas brumas, el verde primavera, el rosa “ucero”, el amarillo piorno, el azul cielo, se debatían ante mis ojos competiendo en vida, competiendo en dejar un recuerdo en nuestro hoy, un recuerdo que lo podemos tener para siempre…, pero…,¿ quién quiere vivir para siempre?.

Nos juntamos con los demás en el límite de la nieve, allí se estaban quitando los crampones, Daniel me dice que es mejor comer en el valle pues se estará más resguardado del viento, así que  dejamos a Daniel y su grupo con la promesa de vernos abajo pues nosotros ya nos habíamos quitado los crampones.

Nada más bajar al llano tras mezclarnos de nuevo con el colorido primaveral  decidimos resguardarnos tras una roca y nos ponemos a almorzar, estamos en ello cuando llega Daniel con su grupo, es el momento del postre, tratamos de encender las velas, pues el año pasado no lo hice y me dejó mal recuerdo, tras unos intentos fallidos, llegó Noemí con su vocación fallera y prendió mecha a las velas, que a pesar  de nuestros esfuerzos al final fue Maese Viento quien las sopló…

Tras acabar con el bizcocho decidimos emprender la vuelta, esta vez los dos grupos juntos entremezclados, contándonos nuestras historias, de vida y montaña, mirando atrás para ver la Peña Trevinca que sin nubes  mostraba su desconocido rostro, hasta ahora…

Pasamos de nuevo el puente, tan digno de fotografiar y decidimos ir al refugio donde habían dormido los gallegos que vimos por la mañana, Daniel siguió por su camino, nos paramos en el refugio a admirar el embalse de la Vega del Conde…

Salgo el último y me quedo fotografiando las colores de la primavera Sanabresa, me cuesta subir, la alergia me asfixia con tanta flor…, de repente los veo cruzar un arroyo con dificultad y a Daniel andando con su grupo campo a través, Noemí va siguiendo su rastro, como crucé sin dificultad el río me sitúo cerca de ella, pero cuando veo que se mete en piornos doy un rodeo y llego al camino primero…, Daniel había tomado un atajo con bastante pendiente y matojo…

En el camino me quedo mirando las vistas al embalse y a Peña Trevinca, esta vez quedo detrás con Miguel…, pero merece la pena el espectáculo que se abre ante nuestros ojos…

Se acaba la cuesta, llegamos a un hito y seguimos rectos, no veo a nadie, me paro a mirar mientras Migue conversa con una pareja que venían desde atrás, ahora los veo, se han ido por un camino paralelo a la izquierda…, y no nos avisaron. Atajamos campo a través, lo que es bastante sencillo en esta zona y vamos acelerando intentando alcanzar los dos grupos que se han hecho sólo uno.

Les alcanzamos  en la laguna de las Murías, ya no contaban con que apareciésemos tras ellos, nos hacían en los coches…

Un poco más abajo, ya todos juntos llegamos a la laguna de los Peces, y tras ella está el parquin…

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Al día siguiente quedamos con Daniel de nuevo y nos llevó a la Cueva de San Martin en la garganta del río Tera, que no es cueva sino cova que según nos explicó significa fondo del valle y allí nos encontramos un bello lago…

El lago es a causa de la catástrofe de la presa de la Vega del Tera, que  en la madrugada del 9 de enero de 1959 se rompió segando la vida de 144 habitantes de Ribadelago, además de arrasar con la totalidad de la población de 532 habitantes. La fuerza del agua se llevó  el fondo del valle excavando un bello lago que aparece ante nuestros ojos  manso y bello, ajeno a su triste origen…

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Quisiera dar  las gracias a Daniel por su gran hospitalidad, en Sanabria tengo un segundo hogar, y tuve un inolvidable cumplecumbre en Peña Trevinca. Muchas gracias Daniel, eres una excelente persona y un mejor amigo…

Quisiera haber realizado una entrada más completa, siento que la dejo a medias, pero cada día me encuentro con menos fuerzas para seguir adelante, son cinco años de desilusiones permanentes, cuando no se leen las rutas ni quienes aparecen en ellas, me encuentro bloqueado, cada vez que me siento delante del teclado siento tristeza y desilusión,  me estoy planteando cerrar el blog y puede que también  el Facebook que creé para promocionar este blog de tan desapercibida  andadura, pues me supone una gran inversión de tiempo  y dinero y cada vez me cuesta más encontrar la ilusión con la que escribir…

La ilusión, la esperanza, de eso surgen las letras, pero cuando encuentras el silencio una y otra vez tras cada entrada,sobre todo de aquellos que te acompañan en tus rutas, te planteas si realmente sirve para algo, aquello que haces de corazón con mucho esfuerzo, ilusión y tiempo, teniendo que renunciar a muchas cosas para mantener con vida el proyecto pisandocumbres, estoy cansado, muy cansado de que no se valore mi trabajo, de que no se tenga ni una palabra de agradecimiento o simplemente para que yo sepa que se me ha leído…

También  quisiera dar las gracias a mi amigo Francisco Morales “Franeto Mountain”, a mi único seguidor activo del blog pisandocumbres.com, por alentarme en este duro y solitario camino de la literatura,  …el Enano de Gredos, la leyenda del Almanzor, las Tres Sorores, las Tres Torres, Mirfak la náyade, Culibillas, la Anjana Branca, Tin Hinan, Marguerite…, todos pasaron  con el silencio de fondo, de un público que ya no lee, o si lee, se cree que como es gratis, no tiene ningún valor, estoy cansando…, muy falto de ilusión,  la voz de Maese Viento ya no suena en mi cabeza, se me difumina su figura…, …pero realmente importa, si a nadie le importa…,ni nunca le importó…, pues  a mí tampoco.

 

¿ Y quién, de todas formas, espera para siempre?

Who wants to live forever?

 

 

 

Y sencillamente…, esto se ha acabado. ¿O puede que no…?

 

 

 

 

 

 

5 comentarios

  1. Fran Morales Fuentes

    Un saludo, compañero y tocayo.
    Tienes razón en comparar ese valle glaciar con las Higlands. Crucé ese puente en una ocasión, pero con un ambiente más veraniego.
    La zona de cumbre estuvo complicada, por lo que he visto… y leído. Todavía mucha gente pregunta en foros y en el «puto Facebook», como canta el gran Tote King, ¿Hacen falta crampones para tal o cual? Yo siempre digo lo mismo: Ante la posibilidad de nieve, siempre con crampones y piolet. Esta anécdota vustra, puede servir de aprendizaje para muchos… o eso espero.
    Las conversaciones con nuestro amigo Maese, me parecen, como siempre, sublimes. ¡Que delicadeza, Fran! En cierto modo, dejar que fuese él quien soplara las velas, es un detalle por tu parte. Seguro que te lo agradecerá en el Elbrus.
    Buen encuentro con Daniel…
    Bueno, y llegados a este punto, quien tiene que dar las gracias aquí soy yo. Gracias de verdad por tu valioso tiempo. Vivimos en una época en la cual se presta mucho tiempo a estupideces sin sentido en las redes sociales, o al fomento del odio, incluso… al enfrentamiento por supuestas ideologías, que en realidad, casi nadie tiene. La mayoría pelea y pelea símplemente por que alguien echa madera al fuego… y se están ahogando en odio y estupidez (ya lo dice Maese Viento, el humano es necio y estúpido), dejando de lado, por ejemplo, enormes páginas de bella literatura como esta que con tanto esfuerzo nos ofreces. Nos hemos vuelto idiotas, y creemos que con dar un toque al «Like», es suficiente… pero no… no lo es. Es importante sentir el abrazo de los demás, sea de la manera que fuese. Las redes sociales son culpables de ello… nos están envenenando.
    El blog tiene bastante trabajo, y es cierto que no se aprecia lo suficiente. Seleccionar fotos, ir redactando, corregir… son horas y horas de dedicación, para mostrar una historia… un camino… yo estoy seguro que hay gente que te lee, lo que pasa es que hoy casi todo el mundo utiliza el móvil, y quizá ahí sea más tedioso escribir algo… yo no, yo uso el ordenador. No tengo ni móvil con datos. Pero es verdad que no cuesta nada, si quiera dejar un comentario breve… un simple: Gracias por la crónica. Un saludo.
    Yo espero, que esto no se haya acabado…
    Un abrazo, Fran.

    • Fran Pascual

      Hola tocayo, muchas gracias por tus comentarios tan completos, la verdad que lo que me revienta es que los que me acompañan en las rutas no empleen ni un segundo en decirme que han leído el relato, me parece una falta de educación muy grande, y por desgracia es lo normal. Lo que me den las gracias por hacerles protagonistas de mis relatos es ya una utopía. Así que como Culibillas me he visto reflejado en el río, podrás leer en breve las historia de Culibillas que me narró Maese en Pirineos,y me he dado cuenta que el protagonista de pisandocumbres soy yo…,se acabó el ser el director de la película que no aparece, esta es mi película y ojo…, quien no aprecie mis escritos no los merecerá y no los tendrá, de ahí el motivo de no hacer entrada en la del Veleta, Mulhacén y los Machos, la literatura es para quien lo aprecie…, por supuesto seguiré escribiendo.Un abrazo.

  2. Maria José

    Pues mira. Yo sigo tus rutas, y leo tus escritos. A mi tambien me encanta escribir, y permiteme un consejo, sunque no lo hayas pedido. Escribe y vierte en papel lo que vieron tus ojos, padecido y gozado tu cuerpo y senrido tu alma. Por que? Porque te llena. Para quien? Para ti, porque somos el ser que nos acompañara toda la vida. Pero eso si, no busques el aplauso general. A lo mejor llegas a mas gente de la que crees, pero a veces la vida con sus zigzag no nos deja detenermos a contarle a alguien que nos narra algo, que si, que es hermoso lo que dice. Que nos movio un recuerdo, o nos incentivo una aventura, una nueva ilusion.
    Precioso ese paisaje, esa nieve, el brezo por doquier.
    Mira por donde me mostraste otro sitio donde encaminar mis pasos… Peña trevinca. Muchas gracias

    • Fran Pascual

      Querida María José, perdona mi retraso en contestarte, estuve muy liado en el Elbrus, ya que bajé aunque no subí del todo por gajes de mi oficio. Muchas gracias,seguiré escribiendo, y a partir de ahora lo haré para mí, pues parece que la mayoría de los que me acompañan en mis rutas no se molestan en leerme. Estoy rabioso de comenzar el relato del Elbrus, será épico…,saludos amiga.