En Eslovenia. 2. En la conquista del Triglav, la cima vertical emblema del país.

publicado en: Otras Montañas, Rutas | 0

Y yo no sabía que el Triglav aparecía en el escudo de la bandera de Eslovenia, esta montaña es un símbolo nacional y todo Esloveno debe subirlo al menos una vez en la vida, así, que César y yo que no lo somos, lo haríamos por los eslovenos que no pueden hacerlo, algún  hueco quedará en la cima, no creo que estuviera todo el país metido en la cumbre al mismo tiempo, el mismo día…

 

Y con ese cometido nos levantamos a las seis y media después de pasar la noche en el refugio de Vodnikov, allí amanece a las cinco de la mañana y ya llevaba un rato revolviéndome en la parte de arriba de la litera del cuarto de cuatro personas que nos tocó, a la pareja con la que compartíamos la habitación no la llegamos a ver, pues se acostaron a las nueve de la noche y cuando nos levantamos seguían acortados, eso es pasión por la cama…

Desayunamos  té y café de mala calidad, según César que lo tomó, con pan  reseco con paté y algo de embutido, suerte que estábamos en unos de los pocos refugios que circundan al Triglav  que tienen fuente  de agua, al menos no pasaríamos sed, recargo la bolsa de hidratación y tomo dos huevos duros para la subida.

Y el día anterior en nuestras  vicisitudes de la subida o no, por la nieve blanda sin material de invierno, quedamos a las ocho de la mañana con Robert, un fornido alemán de Leipzig, escalador habitual,  para salir hacia el Triglav, nadie más del refugio se atrevía ese día, se despidió de su rubia y corpulenta mujer, que se quedaría en el refugio esperando, me recordaba un poco la escena a la película de “sonrisas y lágrimas”  y sin más preámbulos , empezamos a andar.

La senda salía ascendiendo hacia el paso de dos mil metros de Konsjko, dónde habría que decidir si subir por la cara sur del Triglav o por la norte, el día amaneció despejado de nubes y no había helado por la noche, lo que nos daba un extra de tranquilidad para afrontar los tramos nevados  que serían bastantes, daban posibilidad de tormentas débiles a las tres de la tarde, así que teníamos tiempo de sobra para subir pues apenas 5 km nos separaban de la cima.

Pero parecía que Robert no lo veía así, desde el primer segundo empezó a caminar como si se fuera a acabar el mundo, más que caminar era casi carrera de montaña, no podíamos mirar el paisaje y ni mucho menos hacer fotos, mala forma de acudir a la montaña aunque digan que la velocidad es seguridad, y a ese paso a  las doce de la mañana ya estaríamos de vuelta en el refugio a pasarse  todo el día mirando las musarañas bebiendo cerveza  en vez de estar disfrutando de la ruta, no comparto la filosofía de los deportistas de montaña aunque cada vez haya más correteando por su vertientes buscando cosas diferentes a las que yo busco…

 

Mal plan teníamos con el ritmo de Robert, en cinco minutos tenía un ataque de asma de esfuerzo, pues mi cuerpo no soporta las carreras a primera hora y se nos escapaba continuamente y se tenía que parar a esperarnos, así que al cuarto de hora de ruta César le dijo que ya nos veríamos en la cumbre y que fuera a su ritmo, César el fin de semana anterior se había hecho la Vetona de Béjar, unos 100 km en 18 horas, así que podría haber corrido más que Robert si hubiera querido hacerlo, pero habíamos  venido a disfrutar de la montaña, no a practicar deporte como se hace en los  gimnasios, mirándose los pies  y el reloj para saber si vas con buenos tiempos para batir tus marcas, allá ellos, van a la montaña y no ven  la montaña…

Hemos cruzado dos neveros y un par de zonas con anclajes de hierro, pero tras una escalera vertical labrada en la roca desaparece Robert, creímos que sería la última vez que le veríamos en el día…

Seguimos la senda bien construida y marcada con puntos llenos de color, y en poco llegamos al collado o puerto de montaña de “Konjsko” donde hay que tomar la decisión del día ,  subir por el norte o por el sur, no hay rastro de Robert, debe de estar ya llegando a la cima al ritmo de caminata  que llevaba  y nosotros  mientras tomando fotos…

Iremos por el sur, habrá menos nieve, llegaremos hasta el refugio de Planika a 2400 metros, estamos a 2000 ahora mismo tendremos que subir una pendiente con algunos neveros.

Pasamos el primero, parecía más difícil visto desde el frente.

 

Llegamos a una zona  llana con vistas  llena de nieve que vamos cruzando sin prisa ni pausa excesiva.

Y hemos llegado al refugio de “Planika Dom”, cerrado para el público, demasiada nieve y mal acceso.

Aquí viene lo difícil, alcanzar la cresta de la montaña cruzando neveros que pasan por barrancos  de gran pendiente, miramos las opciones…

A la derecha se evita la garganta de la gran pared que tenemos de frente , pero no hay huellas y el nevero está muy expuesto sobre una caída de cientos de metros, ese camino no nos vale, nos gusta vivir.

Si vamos de frente se ven algunas huellas, está muy vertical, pero si caes el fondo es sobre nieve, no te haces daño pues está blandita, pero tendremos que pasar por la grieta de la pared que no se ve desde aquí, y no creo que esté libre de nieve, ese es el problema de este tramo de la subida, y hay pocas huellas para subir todos los eslovenos a su pico…

Dudo un poco, llevo las botas de verano con la suela un poco lisa  y se me calarán en la nieve en cuanto lleve más de 15 minutos metido en ella, pero las elegí para no hacer locuras, pues con las de invierno me meto en cualquier “fregado” sin mirar mucho y además  hace calor para llevarlas tantos días puestas  a todas horas, pues el turismo mochilero te deja sólo un tipo de calzado.

Estoy dudando, y dudando, pero las ganas de César, que es mucho más prudente que yo, me hacen decir que adelante y si no lo vemos claro, nos damos la vuelta.

Me lanzo sobre el nevero vertical, es fácil pero acaba en roca y hay que tener cuidado, pues si resbalas en  la roca  te caes  muchos metros, pero lo hacemos sin problema.

Me encuentro un senda taladrada en la roca, así que la seguimos, pasamos la primera pared, nos metemos en una pendiente de nieve y rocas sin dificultad.

Vamos haciendo zetas entre las rocas y la nieve, no es difícil pero hay que ir despacito y con buena letra, un error se paga caro, ahora hay un nevero muy corto sobre un precipicio, no tomo fotos pues me agarro a la roca con todo lo que tengo…

Ya se empieza a ver la grieta que tenemos que pasar, tenemos que ir junto a la pared, para hacer el paso difícil, me sitúo sobre la roca por encima de un gran nevero que tapa la grieta en la pared, nos detenemos a ver la situación en la “Triglaska Vrata” o grieta del Triglav…

 

Hemos hecho un paso muy expuesto, no era difícil, pero bajar da mucho “miedito”, estoy pensando en tirarme  a la bajada por un orificio de la nieve que hay en el paso natural, lo mismo sin mochila cuesta abajo podemos caber por ahí…

Pero ese es un problema de la vuelta, ahora toca subir, y la pared es muy vertical, pero está equipada con una ferrata que la hace muy fácil.

Estamos llegando a la “Mali Triglav” o “ pequeño Triglav” donde confluyen las dos subidas, la subida nuestra desde “Planika dom” y la norte desde el refugio del “triglav” a 2500 metros que lo vemos desde aquí…

También vemos una fila de montañeros amarrados a la vía ferrata subiendo desde la norte, me extrañaba mucho que no hubiera nadie en la montaña, por lo visto utilizamos la cara menos frecuentada posiblemente la más difícil, para mí es un alivio poder volver luego por la vía ferrata y no tener que descender la grieta con nieve blanda  tan expuesta que subimos,  podría haber sido más que  peligrosa.

Se nos acercan varios montañeros que suben por la norte, nos esperamos a que nos  pasen pues no tenemos prisa y queremos disfrutar, se me acerca uno de ellos con un casco, que lleva arnés pero no va asegurado a la ferrata, se me queda mirando y me dice en español, “hola”…

¡Es Robert!, con el casco no le reconocí, me dio mucha alegría verle y fue mutua pues nos abrazamos efusivamente, aunque se quedó un poco parado de que le hubiéramos adelantado en la subida, no nos esperaba encontrarnos ya arriba con nuestra pasmosa parsimonia, no por mucho correr se llega más temprano.

Me dice que la subida por la norte que acaba de hacer él es muy fácil, me alegra saberlo, sin duda la utilizaremos para bajar, asegurados con nuestros arneses lo haremos  de escándalo, pues la roca tiene mucho resalte y el apoyo es muy fácil aunque sea muy vertical, al menos para mí…

Robert se pone al frente de la expedición de nuevo, con la emoción de la arista que se eleva por encima de todas las “Eslovenias” sobre un nevero…

 

 

Me doy cuenta que César se nos queda atrás, no tiene tanta costumbre de “crestear” entre barrancos con infinitas caídas, y yo con la emoción se me olvidó todo, sólo veo cresta y cielos y una tormenta que se está situando en la cumbre…

Vemos toda la arista y nos queda algún tramo muy vertical, César se ha puesto algo nervioso, pero la gente que baja no parece nada experta lo que me tranquiliza y baja de pie, lo que te hace pensar que será sencillo pese a la distancia.

Le digo a César que se ve fácil, él no lo tiene tan claro, se me está agobiando un poco, la verdad que los barrancos son impresionantes y pueden asustar un poco si no eres  cabra loca como yo…

Estoy en mi sueño de roca y cielos, ascendiendo sujetándome a los hierros que me dan el pase al sueño alado, al sueño de precipicios y vistas que me reconfortan y me emocionan como si tuviera diez años…

Pasamos la zona vertical, era muy fácil, los que bajan vienen muy amarrados al cable y con bastante respeto, nos amarraremos al bajar, pues llevar los arneses en la mochila no tiene mucho sentido pudiendo bajar sin el riesgo de matarse. Aunque para mí no sería necesario por lo fácil de la ferrata…

Cruzamos otro nevero en la cresta, este sin cables, da un poco de respeto, no lo llego a grabar para no ponerme en peligro, hay un precipicio a cada lado y apenas caben los pies…

Ya está Robert en la cumbre esperándonos…, la felicidad es muy grande.

 

Nos hacemos fotos, en la cumbre hay un pequeño refugio llamado “Aljazev Stolp” que lo construyó un tal “Aljaz” el 7 de agosto de 1895.

Y allí estábamos sobre el Triglav, la cumbre soñada con la ferrata más larga que nunca hice, y encima gratis…

“Kugy atribuye entonces el nombre al dios eslavo a las tres cabezas, Triglav también (de tri, tres y glava, cabeza), señor del aire, del agua y de la tierra, además de padre de los rayos, que según la leyenda tenía un trono sobre las nubes o sobre los montes latos.1​ Para sostener esta tesis, Kugy relata el hecho de que ninguna de las expediciones al Triglav habla de tres cimas, sino siempre de la vía a través del Mali Triglav hacia la cima principal.” Tomado de Wikipedia.

Maese Viento nos ha gastado una broma, nos ha descargado una tormenta estando nosotros en la cima, nos obliga a bajar, pues nos quedamos metidos en la nube, menos mal que no truena aunque  se me pone el vello de punta por la electricidad que hay en el ambiente, y asusta un poco…

Nos ponemos los arneses, Robert nos ayuda en el proceso, es fácil, pero hacía un año  que no lo hacíamos, vamos detrás de dos parejas de jóvenes, ellas están un poco agobiadas por la bajada.

El granizo ha parado, se ha mojado un poco la roca y  hay que ir más despacio, Robert ya tiró a su paso en la bajada, lo veremos al final del día, hemos adelantado a los jóvenes de todas formas, ellos tienen mucho más miedo que nosotros…

 

Se ha abierto la niebla mientras grabo y se ve lo que nos queda…

 

Vamos  de nuevo a la arista vertical y llegaremos  al Pequeño Triglav, desde allí bajaremos por la ferrata de la cara norte, la arista que nos queda por pasar quita un poco el hipo…

 

Y así es, vamos muy tranquilos, disfrutando del momento, César está disfrutando como yo, al ir asegurados al cable, no hay posibilidad de acabar en el fondo del barranco, aunque técnicamente es muy sencillo. Nos cruzamos con dos chicas jóvenes, una bien equipada con su casco, arnés , cordino, mochila y pantalón de montaña, pero la otra entrada en carnes, pantalón corto y zapatillas de deporte sin mochila, parece  que la primera se quiere deshacer  de su amiga en la cresta, lo mismo son amantes y  se ha cansado de ella…

Seguimos bajando por la pared vertical, esta zona es más sencilla hacerlo bajando que subiendo, al menos más descansada…

Grabamos en la bajada en zonas más llanas y menos complicadas de caerse…

 

Y al fin se nos acaba la pared, me da pena, pero el último tramo se ha tragado la nieve el cable y tenemos que bajar con cuidado por una pared vertical mojada por el deshielo…

Nos acercamos al refugio de Triglav y celebramos con una cerveza nuestra subida, ya que agua no hay en el refugio salvo de botella. Todavía nos quedan un par de horas como mínimo para llegar a nuestro refugio y un descenso de 700 metros de desnivel, pero disfrutamos de las vistas a la montaña y vemos a lo lejos todavía bajando a las dos parejas de jóvenes con la que compartimos la cumbre y adelantamos en la bajada, todavía les queda por lo menos  media hora para llegar al refugio.

Decidimos volvernos con toda la pena del mundo, la vista de la pared norte del Triglav es muy hipnótica…

Pasamos el helipuerto y encontramos una gran senda muy vertical que baja sin necesidad de poner hierros de seguridad pues no es roca, y salva el desnivel haciendo buenas zetas, nos encontramos mucha gente que sube al refugio, se les ve cansados por la gran pendiente que hay pero nos preguntan por lo que les falta para llegar, lo normal del que le cuesta subir…

La senda se ha suavizado y bajando por la cara norte no vamos a hacer más distancia que por la sur, pero hay muchos más neveros que tapan el camino y te hacen ir con más cuidado, una caída y no paras…

Nos cruzamos con un grupo de unos doce hombres de aspecto indio asiático, van muy bien equipados pero hicieron un gran rodeo para evitar un nevero sencillo, no deben de tener mucha experiencia en la nieve, ahora entendemos como Robert a pesar de ir corriendo le adelantamos, sin quererlo fuimos por el camino más sencillo, y el hecho de que nos hayamos tomado una cerveza de medio litro (no las hay más pequeñas en los refugios) nos da bastante valor para cruzar los neveros con grandes caídas sin dudar…,mucho.

Y vamos hasta el collado(sedlo)  de montaña de Konjsko a dos mil metros de altitud donde encontramos la senda que nos devolverá  al refugio, y poco más de las seis llegamos a él, el  refugio de Vodnikov donde se encontraba Robert tomando el sol plácidamente con su señora esposa que nos hizo una foto final.

Y tras conocer en la cena a una pareja joven de Madrid que al día siguiente subirían al Triglav y explicarle los pormenores de los que les esperaba, pero ellos sin tormenta de granizo según los pronósticos, nos acostamos pronto a las diez pues teníamos al día siguiente una ruta muy dura hasta el refugio de “Bogatinom” con un puerto de montaña de 2365 metros, llamado “Hribarivace” , que tendría mucha nieve blanda, el mismo puerto que hizo que la pareja de chicas Berlinesas se bajaran de la montaña tras el miedo que habían pasado cruzándolo, pero esa historia es de mañana, así que tened buenas noches y pídele un deseo a una estrella…

 

 

Powered by Wikiloc
  • Maese Viento, hoy te portaste mal, no nos dejaste disfrutar la cima, menuda granizada nos enviaste estando arriba…

  • Necio, humano, yo no te envié nada. Acaso crees que eres tan importante para que cambie el tiempo por ti.

  • Pues solo granizó en el momento de la cima, después estando abajo se despejó, sé que son cosas tuyas, me debes una.

  • Si te decides a contar las veces que no disfrutaste por el tiempo, cuenta también las otroras veces que sí lo hiciste, necio humano, y no te llenes de rencor, pues lo sufrirás tú y no yo.

  • Tienes razón, Maese Viento, los sentimientos negativos dañan a quien los siente , así que el día fue perfecto lo mire como lo mire, gracias, Maese. Pero me debes una…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *