El asalto al Castillo de Acher, buscando la brecha en la muralla.

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Y sonó el despertador, eran las seis y media  en el apartamento de Hecho, nos levantamos los seis, y nos dispusimos a desayunar, esta vez ya podría yo hacerlo tras superar el desagradable episodio de los pimientos del día anterior antes de subir al Bisaurín.

Me sentía lleno de energía, pues  las cumbre del Bisaurín y sus miradas eternas dentro de nuestros ojos me habían ascendido hacia aquel lugar en el que no quieres nunca descender, donde no existe la necesidad, donde no buscas nada, pues todo lo tienes, pero quieres más, más minutos, más momentos que dejen su impronta en la huella de tu camino de vida, en aquellos momentos que dejan recuerdo y que son los que te vas a llevar a la tumba, pues todo lo demás quedará aquí, hasta el cuerpo en el que habitas…

Y el día prometía, la península ibérica seguía bajo la lluvia y nosotros con un sol espléndido, aunque sabíamos que se iba a nublar por la tarde, tapando las cumbres más elevadas, así que esperábamos que el Castillo de Acher no quedara bajo la niebla y pudiéramos disfrutar de la mirada desde sus dos cumbres…

Salimos valle arriba en dirección a la selva de Oza, dejaríamos los dos vehículos junto al camping, como habíamos leído que había que proceder, la selva de Oza es un bosque mítico que culmina el valle de Hecho famoso por sus hayas y abetos, de gran espesura y de gran belleza, al ser jueves no esperábamos gran concurrencia en la zona, y así fue, sólo vimos un par de excursionistas que iban hacia la zona de Guarrinza, más arriba del valle.

Dejamos los vehículos más arriba del camping, por encima del bosque en el cielo azul matinal destacaba la silueta del Castillo de Acher, desde aquí se ve magnífico, enorme, inexpugnable, que impertérrito nos desafía  en su ascensión, Nati, mi amiga de Pamplona con la que intentamos quedar pero al final no pudo ser pues falleció su padre, me contó que el sábado pasado los de su club de montaña fueron al Castillo de  Acher pero se tuvieron que dar la vuelta, al estar la nieve muy mala, y son un grupo muy experimentado, lo que nos daba un plus de emoción a la ascensión.

Una vez más Marga y yo llevábamos los “tracks” de la ruta, y estuvimos rastreando hasta que encontramos la subida entre grandes abetos, en una ruta señalizada con carteles hacia el Castillo, podríamos ahorrar batería del móvil, la senda va alternando en pista de gran pendiente, y nos adentramos en las sombras  matutinas donde los pájaros ensayan su canto nupcial mientras que el rumor del viento se cuela entre los árboles somnolientos, el olor a bosque y el sonido de nuestros pasos se acompasan perdiéndose  sinuosos en el olvido del minuto, que borra la huella del pasado en cada paso pero deja su aroma en nuestros sueños de antaño, aquellos que nunca sabes de donde proceden…

Lute no está bien, va sufriendo en silencio al final del grupo, no es su sitio habitual, más bien es el mío que voy hoy primero, buscando señales en el bosque, cada vez que nos detenemos se dobla sobre sí mismo, le pregunto y me contesta que algo le ha sentado mal, y que nota presión en el estómago, pero que puede continuar…

Empezamos a encontrar neveros en los recodos del bosque, señal inequívoca de que nuestra ascensión  gana altura, vamos sorteando pequeños arroyos  entre las sombras y poco a poco van cediendo los árboles, he conseguido tras mucho insistir que Lute se tomara un metamizol para el dolor, seguro que le hará bien…

Hemos emergido en una pradera seca por la nieve, ya tenemos sobre nosotros las murallas del Castillo que tenemos que conquistar, estamos situados sobre el bosque que se hundió en las profundidades del valle, pero todavía nos queda bastante.

Buscamos senda alternando con nieve, paramos un momento a reponer fuerzas, cerca de un refugio al que no llegamos a acercarnos pero divisamos a lo lejos, empiezan a aparecer nubes altas, anunciando los restos de la borrasca que nos dejará  la mayoría de las cumbres tapadas más adelante en el tiempo, ahora luce el sol brillando feliz sobre la nieve…

Estoy pleno, mi sufrimiento el día anterior en el Bisaurín me está dando hoy ese punto de paz, y seguimos buscando la vereda en la hierba seca que se pierde una y otra vez bajo la nieve, me he quedado un poco atrás de nuevo, tomamos altura mientras miro de reojo a Lute que va recuperando su color, y cuando le pregunto cómo va, siempre me responde “bien y mejorando”…

Tenemos que pasar una zona complicada, hay nieve blanda y mucha pendiente , Marga y Ángel van delante, se han parado pues es zona peligrosa, yo les indico que sería conveniente ponernos crampones y piolet para pasar por la nieve y nos los ponemos.

Hemos dudado sobre la zona por la que seguir, y al final fuimos arriba por la nieve para pasar la ladera,  Ángel  va adelantado y tras pasar el nevero llega a la roca y nos dice que trepemos hacia arriba, nos quitamos los crampones y nos metemos en una ladera empinada sin nieve, sencilla pero de tener cuidado.

Llegamos junto a una pared, el track va por la nieve blanda hacia la “puerta” de la muralla, pero no  sé en qué momento le hice caso a Angeloti y en vez de ponernos crampones y seguir el track fuimos detrás de él por una ladera muy inestable de roca descompuesta muy peligrosa…

 

Estamos asaltando la muralla del Castillo por una zona complicada, ahora es tarde para deshacer nuestro error, Marga y Eloísa lo están pasando  bastante mal en la zona de roca descompuesta, y yo también, pues puedes tirar grandes piedras para los que vienen detrás y les puedes hacer mucho daño…

 

 

Me he puesto delante,  busco la salida de la situación complicada, Angeloti se asomó por otra brecha en la muralla pero por mi lado parecía más sencilla, estamos en una canal muy descompuesta, voy delante y  Marga detrás de mí,  al final del grupo Lute con Eloísa, los minutos se hacen eternos, en cada paso puedo lanzar una piedra grande para los que vienen abajo, pero encontré un paso, y al final con alguna dificultad y sortear un montículo de nieve salimos “a salvo”…

Hemos superado la muralla del Castillo, pasamos de la “puerta” y la asaltamos a lo medieval, por la canal Angeloti…,ahora estamos en lo alto del Castillo que desde aquí parece un barco, iremos por el borde junto al precipicio, se ven huecos en la nieve que son profundas simas en la caliza que te pueden tragar…

 

Es momento de disfrute, vamos por la nieve hacia nuestro objetivo que nos ha costado bastantes tribulaciones y algún contratiempo no esperado, pero en muy poco tiempo llegamos a la Punta Sur del Castillo de Acher…

Disfrutamos de sus vistas,, que amenazan de taparse de nubes, en frente tenemos la punta Norte que está  algo más elevada, pero para ello tenemos que descender para luego ascender pasando una zona de nieve que puede haber simas muy peligrosas.

 

Tanto Lute como Marga dicen que no suben, Cris y Angeloti dicen que sí lo harán, dejamos libertad de elección ellos dos lo harán y nosotros les esperaremos, pues no está lejos su objetivo y es visible desde aquí  en todo momento…

Angeloti me dice cuando ya han descendido casi toda la pendiente, que hay huellas recientes y que  no hay peligro de caerse en una sima, no me puedo resistir, me voy tras ellos, no quiero tener pesadillas esta noche por no haber ascendido, Lute, Marga y Eloísa emprenderán la vuelta despacito y ya le alcanzaremos…

En diez minutos llegamos a la Punta Norte, estaba más cerca de lo que parecía, nos sentimos felices de haberlo conseguido…

 

 

Fotos, fotos, vídeos y con el día cerrándose y un problema pendiente, la bajada de la muralla , que va a ser muy complicada, así que emprendemos la vuelta con unas vistas muy alpinas…

 

Nos hemos pasado de la zona de bajada en la muralla, yo iba primero esta vez así que me quedo el último al desandar el camino, escuchamos a Lute, Marga y Eloísa hablar aunque no les vemos, tenemos que bajar la muralla que antes asaltamos y lo haremos por  la pala de nieve que no usamos en el ascenso y ahora está sin pisar, pues bajar por la zona descompuesta que subimos es más arriesgado.

Me he puesto el casco para pasar por la roca por lo que me quedé bastante atrás en el trío de subida a la norte, y tras pasar una zona de destrepada delicada con roca muy descompuesta me los encuentro a todos esperándome justo delante de la pala de nieve inestable, me ceden el honor de ir delante en la pala de nieve que yo acepto sin dudar…

Es una situación muy complicada, al no subir por el sitio correcto, no llegamos a pisar la nieve blanda en la ascensión, si lo hubiéramos hecho tendríamos una vereda en la nieve sencilla para bajar, al hacerlo trepando por la canal “Angeloti”  hemos dejado a la vuelta una pala de nieve blanda muy inestable, con posibles hoyos donde hundirse y lo peor es que al no tener profundidad de nieve suficiente, debajo hay un lecho de piedras muy inestables que te podrían hacer caer cientos de metros sin posibilidad de frenar, un buen plato para almorzar…

Así que me lanzo a la pala de nieve tras ponerme crampones y piolet, trato de hacerlo de lado, pero patino y casi me caigo, me doy la vuelta y siguiendo los consejos de Lute, el más veterano y sabio, bajamos de cara a la pared, clavando el piolet, y el bastón en la nieve, son momentos de mucha tensión, la nieve se desprende con rozarla…

 

Voy delante, Lute detrás, Y Marga a continuación, pero Cris que era el siguiente decide que esa forma de bajar no le convence y que lo hará a su manera, yo no lo veo en su progresión pues estoy concentrado en abrir camino, pero se pone de frente  y tras dar dos pasos patina y se queda haciendo equilibrio con una pierna a punto de caerse y de arrastrarnos  a alguno en su posible caída, no ha pasado nada, pues se ha recompuesto, pero Marga que lo ha visto por un momento en el fondo del valle tiene una crisis de ansiedad…

Me quedo en unas rocas con Marga, mientras se le pasa el nerviosismo, Lute y Cris van adelante bajando  con la técnica de destrepe de cara a la pared, pues no hay otra manera segura, Angeloti y Eloísa empiezan los últimos a descender  un poco más allá de donde estábamos Marga y yo, son momentos de mucha tensión…

Marga se ha recompuesto, ella sabe de sobra bajar, pero le ha sacado de sitio ver a Cris “estrellado” en el fondo del valle, ya se ha tranquilizado y está bajando muy deprisa…

Tengo las manos frías, cometí la torpeza de no ponerme los guantes de nieve con la tensión del momento, menos mal que no hace ningún frío, empecé el primero y ahora soy el último, estuve un buen rato en las rocas esperando que hubiera distancia de seguridad con los que bajaban por si caigo no llevármelos por delante, pero en poco me canso de la situación y me pongo a bajar deprisa, controlando que no haya nadie debajo de mí por si derrapara más de la cuenta,  ya hay menos pendiente y podría frenar sin problema con el piolet…

Hemos salido de la situación tensa, hemos tenido algún enfado, hicimos las cosas mal subiendo y bajando también, no funcionamos como grupo y pudimos pagarlo muy caro.

Pasamos la zona de piedras  sueltas inestables tras la pala de nieve  y tomamos la vereda, estamos a salvo…

Vamos muy despacio, pues los cuerpos están agarrotados de la tensión, yo no estoy agarrotado  estoy feliz, una vez más…, hemos superado una situación complicada…

El camino se interrumpe por una pala de nieve y entre Lute y yo buscamos un destrepe en la pared para esquivar la nieve, mientras Cris y Angeloti van de autónomos por una pared mucho más expuesta, es que ellos son mitad cabra y la otra mitad montesas…

Ya hemos salido de la zona complicada, estamos en la pradera de hierba seca, nos volvemos a juntar para comer un tentempié, se ha acabado lo peor en dificultad, pero no en el peligro, pues va contigo donde va tu cuerpo…

 Y nos volvemos por nuestros pasos deseosos de la vuelta, que se deshace en nuestro camino de inicio, en poco estamos de nuevo en el bosque, que sumido de sombras se agita con la voz de Maese Viento…

  • Maese Viento, amigo mío. No esperaba encontrarte hoy, pero al final apareciste.

  • Una vez más estuve ahí todo el rato, tú estabas esmerado en tus trepadas y tus asuntos humanos y mundanos.

  • No era de otra manera, Maese, hoy lo hemos pasado mal, en el sitio que parecía más sencillo…

  • No hicisteis bien las cosas, humano, vuestro grupo no funcionó, hubo una lucha de egos continuamente que os pudo traer consecuencias peores, dad gracias de estar sanos y salvos.

  • Razón tienes, Maese, una vez más, no estuvo claro quien tomaba las decisiones y quien las acataba, y eso es peligroso cuando un grupo no funciona como una sola persona, es otra experiencia más para aprender y para que no vuelva a suceder…

  • Pues aprended la lección, humanos, o puede que la próxima vez no os salga tan bien, ni sois gatos ni tenéis siete vidas…

  • Ya quisiera haber sido cabra más que gato, Maese, pero nacimos en cuerpos equivocados…

El bosque se espesa de árboles y el cielo se cubre cada vez más sin llegar a descargar hasta que llegamos de nuevo a nuestros vehículos más allá de las seis, estamos felices de que hemos conseguido una vez más nuestros objetivos, el Castillo de Acher fue conquistado para que nuestras retinas se llenaran de luces , nieves y distancias una vez más…

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Al día siguiente el tiempo no sería tan generoso con nosotros y nos caería una leve lluvia en nuestra vuelta al vehículo al final de la ruta, pero antes subimos hasta el Ibón de Acherito…

Y luego por una pala de nieve muy empinada en la que tuve el honor de abrir el paso  hasta la cima del Mallo de las Foyas…

 Y después  bajamos durante un par de horas por la nieve blanda  por muchas vaguadas que teníamos que ir buscando la forma de evitar  caer en hoyos antipersonas…

Pero bajamos bien sin ningún problema para probar la excelente lasaña que nos preparó Cris.


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Pero también fue un día inolvidable así como el día siguiente al que fuimos a parar a las míticas Aguas Tuertas, el final del valle de Hecho, donde mi amiga Nati, la de Pamplona nos recomendó ir, lo que nos alegramos al disfrutar de la sinuosidad idílica del valle glaciar adormecido de nieves y aguas retorcidas contra la falta de gravedad…

Y así se acaba este nuevo episodio en Pirineos en espera  de “uotro” más…

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