Buscando el Monte Rosa. 3. Ascensión al Breithorn, el cuatro mil del Matterhorn paradise.
Y la noche de la vela de la subida a un cuatro mil siempre es ansiosa, ansiosa de que la cumbre no esté cubierta de nubes, ansiosa de que la nieve no esté peligrosa, ansiosa de nubes, de cielos, de nieves, de sueños que se tocan con las manos temblorosas del que lo ha deseado tanto tiempo…, tanto tiempo soñando, soñando tocar, soñando ver, soñando respirar,…vivir. Y luego quedará un puñado de recuerdos que se difuminan en el tiempo y se pierden en la memoria, salvo por unas pocas líneas, a veces rectas, otras temblorosas, que dejan en el papel la impronta de aquello que sucedió y nunca volverá a … Continuar