20.   El capítulo final, Sisbi.

Y la noche era un infierno…, Balaitous cuando supo por las palabras de Orosia, mejor dicho Sisbi, que Culibillas estaba sola y perdida en los pasadizos de la Oscuridad, decidió que era el momento, ahora sin Culibillas el ejército humano no tendría escapatoria, no podía esperar a que llegaran más soldados humanos, le habían informado de que miles de hombres se dirigían de todos los rincones de la Tierra a luchar por Culibillas, la elegida, y antes de que lo hicieran  atacó la fortaleza humana en lo más profundo de la noche, esta vez empleó el fuego, no tendría piedad ni dejaría el más mínimo rastro de la fortaleza a su paso.

La situación de los humanos era desesperada, un infierno de fuego se batía sobre los defensores, Gofred no paraba de gritar organizando la defensa mientras Anayet dirigía  los contraataques con aceite hirviendo sobre los atacantes, poco a poco iban cayendo los soldados humanos, que dejaban hasta su última gota de sangre luchando, sabían que Balaitous no tendría clemencia, durante años ellos fueron los ejecutores del Terror Verdadero de Balaitous cuando estuvieron a sus órdenes.

De repente, llegó un ser oscuro a caballo, y habló con Balaitous, éste dejó al mando de las operaciones a Luzbel y salió al galope en dirección a su propia fortaleza.

 

 

Culibillas abrió la gran puerta del salón principal del castillo de Balaitous, crujieron con fuerza sus goznes, le sobresaltó el ruido, y temió que se le echaran encima todos los Seres Oscuros de la fortaleza…, pero seguía  el silencio, continuó  avanzando en la gran sala semioscura.

Y al acercarse a la ventana lo comprendió todo, el cielo no estaba negro por la noche sino que brillaba rojo en fulgurante fuego, fuego sobre su fortaleza,  donde estaba Anayet y sus soldados, sus hijos, que daban su vida por ella,…la angustia la estremeció, aceleró el paso, tendría que volver hasta la fortaleza, no podía dejar que  Balaitous destrozara a los suyos…

Cruzó el patio de armas y se encaminó a la puerta levadiza, y  entonces contrastando con el cielo ensangrentado apareció una descomunal figura, …era Balaitous, con su gran armadura, cubierta de sangre que no era suya, parcialmente dañada por los proyectiles que habían lanzado los humanos.

  • Nunca creí que pudierais salir de los laberintos, parece ser que os subestimé, para ser una mujer tenéis mucha voluntad, pero arreglaré pronto vuestro sufrimiento, os queda ya poco que padecer en este mundo…, querida.

  • Aquí estoy Balaitous, mejor dicho Olivier, señor supremo de las Seres Oscuros, ¿y dónde está vuestra sierva que me llevó hasta lo más profundo de los infiernos?

  • Os referís a Sisbi,¡…Sisbi!, salid de las oscuridades, que conozca vuestro verdadero rostro antes de morir…,¡Jajaja!

Y entonces entre la oscuridad apareció Sisbi, ya sin la túnica que la había disfrazado en los laberintos, miraba a Culibillas con descaro e interés…

  • Acabaré con vos en muy poco, no podéis hacerme nada con esa espada que portáis, no sabéis usarla, os destrozaré con mi mazo antes de que podáis siquiera levantarla contra mí.

  • Sabéis lo que os digo, Olivier,¡ tenéis razón…!

Y Culibillas lanzó la espada a unos metros delante de sí misma, y se puso a hablar tranquilamente con las manos en la espalda en situación de pasear,  ante la perplejidad de Balaitous por su despreocupación ante su próxima muerte, y se iba acercándose caminando tranquilamente  poco a poco a Sisbi, la que antes fue Orosia.

  • Es cierto, Olivier. Que es vuestra astucia muy grande al mandar a Sisbi a perderme en el laberinto de los Abismos, aunque la idea fue de ella, ¿Verdad?

  • Pues sí, ella es mi más ferviente servidora, ella tramó todo el plan  y la compensaré cuando acabe con vos y con los vuestros, pero no a todos, perdonaré la vida a unos pocos para que cuenten  como os descuarticé a vos, querida Culibillas, …pensándolo bien, os llevaré con vida delante de los vuestros para que todos  lo puedan ver, y lo haré despacio…,¡Jajaja!.

Culibillas a lo largo de la conversación se había acercado hasta Sisbi, quedando a escasos metros de ella.

  • Entonces ya sé que me vais a descuartizar, Señor Olivier…, antes los intentó Belfegor el señor de la desidia, más tarde Golab la señora de la Ira, tampoco pudo Mammón el señor de la avaricia, ni Lilith la dueña de la lujuria, y vuestro hermano Belcebú, si Belcebú, el señor de la Gula, ese sí que era un buen Ser Oscuro…

  • Yo no soy ellos, humana, yo soy mucho más, el ser supremo de los Seres Oscuros, el primogénito, y reinaré sobre todos ellos y sobre los humanos hasta el confín de los tiempos…

  • Sí, Olivier…, sois el Ser Supremo…,ya…, sois el Señor de la Soberbia, y sabéis señor de la Soberbia, seréis el mayor ser…, pero habéis cometido un grave error…

  • Jajaja, humana, me estáis divirtiendo…, si creéis que vais a ganar tiempo con vuestro discurso, el tiempo corre en vuestra contra, mis hermanos están demoliendo vuestra fortaleza…,Jajaja, ¿ Y cuál es ese mi gran pecado, falta o error, humana?

  • Pues señor Olivier, gran señor de la Soberbia, habéis subestimado a Sisbi, que es el ser oscuro de la Envidia, ¿Verdad…?

  • Sisbi, ya…, Jajaja, ya, sí…, ella es el Ser Oscuro de la envidia, me estáis divirtiendo antes de morir…, no tiene precio lo vuestro, Jajaja…

  • Sisbi…, gran señora de la envidia, dadme lo que tenéis en vuestra mano derecha, es mío…, desde el principio lo planeasteis, jugasteis a dos bandas todo el tiempo, apostasteis por los dos…,¡ pero la ganadora soy yo! Dijo Culibillas que estaba a escasos pasos de Sisbi mirándola con seguridad y aplomo extendiendo el brazo hacia ella con la palma abierta en actitud de recibir el objeto.

  • Mi señora, ¿Y me dejaréis libre, prometédmelo…, yo quiero mi libertad sobre la faz de la tierra…, es lo que siempre he deseado. Dijo Sisbi.

A Balaitous se le había borrado la sonrisa de la cara  y miraba atónito a una y otra mujer, sin dar crédito a lo que estaban hablando, sin entender nada.

  • Tenéis mi promesa, Sisbi. Os juro que quedaréis libre sin que yo me interponga en vuestro hacer…

  • Pues tomad, mi señora, la tercera piedra lunar de las Tres Sorores, haced con ella lo que os corresponde…

Y le lanzó un colgante con una piedra blanca que Culibillas cogió al vuelo, mientras su rostro denotaba una sonrisa de satisfacción y de seguridad.

La piedra al tocar a Culibillas se juntó con las otras dos y un gran destello rojo salió de ella, el destello se transformó en haces de energía que salieron desde las piedras y subieron en un haz de luz para  alcanzar   la luna llena que se alzaba sobre el cielo, y de la luna bajó un chorro de luz blanca descomunal que alcanzó a Culibillas transformando su cuerpo,  brilló todo el cielo, en la fortaleza de los humanos todos se quedaron atónitos mirando el gran flujo de luz, los hombres no entendían lo que pasaba, pero los Seres Oscuros  soltaron las armas y salieron huyendo en todas direcciones presos del pánico.

Toda la energía convergía en el cuerpo  de Culibillas que se había transformado, ya no era humana, era una Fada, la Fada Madre, la más poderosa Fada que habían nunca habitado en Madre Tierra, su poder multiplicaba por mil el de las Tres Sorores pues surgía del AMOR  y la ESPERANZA que habían depositado sobre ELLA todos los SERES HUMANOS  del planeta Tierra…

  • ¡Olivier Balaitous!, ¡Olivier ,señor Supremo de los Seres Oscuros, vuestros crímenes contra la humanidad no tienen perdón, que tenéis que aducir en vuestra defensa…

Olivier estaba en el suelo de rodillas, había perdido la armadura y había recuperado su aspecto de genio inicial, el miedo que tanto le había dominado a lo largo de su vida le hacía temblar…, parecía un ser desvalido, pero su soberbia seguía ahí…

 

  • No tenéis derecho, yo soy el señor supremo, Olivier, mis hermanos os destrozarán…, dijo sin ninguna convicción.

  • A qué hermanos os referís, han huido todos como cobardes, y os han dejado solo a expiar vuestra culpa…

  • No me matéis por favor…, no lo hagáis, vos no podéis, sois una Fada, no os podéis manchar las manos con mi sangre…

  • Tenéis razón…, os devolveré al sitio de donde nunca debisteis salir y además os condeno a que vuestro nombre sea olvidado para siempre por todos…, el nombre del mayor ser oscuro, del mayor demonio…, será olvidado en expiación por vuestra maldad y vuestra Soberbia…

  • No…, no por favor, piedad, no me dejéis en el anonimato, mi nombre debe ser recordado…, eso no, matadme…, antes.

  • Olivier, he dictado sentencia, será la última vez que alguien sepa de vuestro nombre y quedaréis bajo la montaña en la que pusisteis vuestra fortaleza, hasta el confín de los tiempos…

  • Pero los hijos y mis hijas se han extendido y llevarán la maldad por la faz de la Tierra, los gobiernos de los humanos serán presididos por mis hijos…, y la codicia gobernará su mundo, al final he vencido, Culibillas, ¡He vencido!

  • Serán los humanos quienes decidan, nuestro tiempo se ha acabado, Olivier…, los Seres Mágicos y los Seres Oscuros dejaremos de intervenir directamente en el destino de la humanidad…

Y entonces le miró con severidad y un halo de luz  blanca salió desde sus manos hasta alcanzar a Olivier que lo arrastró hasta el interior de la montaña cerrándose sobre él conformando su prisión para siempre…

Montaña  que ahora lleva el nombre de Balaitous en el Pirineo…, pues el de Olivier ha quedado condenado al olvido.

Balaitous3. Imagen tomada del Trotamontes.com

Y entonces se escuchó un relincho en toda la montaña y apareció sobre su filo  el unicornio blanco, se acercó hasta ella y  se montó en él, desde la fortaleza vieron la figura de Culibillas contrastando con el sol del amanecer dirigiéndose a su refugio eterno en la Peña Foratata, donde le esperaba su amiga Farmica.

Se quedó unos instantes mirando en la distancia a su padre Anayet, a modo de despedida y se dio la vuelta, cuando desapareció tras la montaña de repente hubo una interrupción en el tiempo, que dio un pequeño salto, y el sol se situó de golpe en lo alto del cielo, habían desaparecido todos los vestigios  de la fortaleza de Balaitous y sus Seres Oscuros, todo parecía un mal sueño…, todo quedaría en la memoria de los pocos humanos que habían sobrevivido y nunca más se sabría ni de los Seres Mágicos ni de los Seres Oscuros, pues una nueva era  había empezado, la Era de los Seres Humanos…

  • Pues Maese Viento, no te puedes quejar, no te he cortado esta vez en tu relato, no dirás que no me he portado bien…

  • Y ha sido un gran alivio para mí, la ausencia del importuno de  tus preguntas, necio humano…

  • Puedes me debes una pregunta, Maese, que he sido bueno…

  • Hazla ahora, o calla para siempre.

  • Entonces…, ¿Sisbi anda suelta por la faz de la tierra?

  • Así es, humano. La envidia es la falta que más os caracteriza a hombres y mujeres de vuestra especie…

  • Pues ahora entiendo porque a pesar de llevar seis años escribiendo las historias que tú me cuentas casi nadie dice nada, aunque sé que muchos las leen.

  • No es por eso, necio humano, no es tan simple. Aunque si es cierto que la envidia es especialmente fuerte en el país en el que habitas, Sisbi no debe de haberse marchado muy lejos.

  • Y de dónde sacó Sisbi la tercera piedra lunar…, no lo he entendido.

  • Esa es otra pregunta…, siempre tan preguntón, siempre tan curioso…

  • Venga, Maese. No me seas rácano, que estuve mucho tiempo callado…

  • Pues no lo has entendido, pues no lo he contado, humano. Es parte de la maldición de las Almas Anexas…, una historia más terrible que ésta sin el  final feliz que tanto le gustan a la mujeres de vuestra especie.

  • Las Almas anexas…, suena bien. Me lo contarás Maese, por favor, por favor, por favor…

  • Otro día lo haré, te contaré la maldición de Olivier Balaitous sobre las Almas Anexas, Marzal y Alodia, que perdura en el tiempo en sus sucesivas encarnaciones…,pero esas son otras historias.