Infierno
Del cielo oscuro
surge un muro
entre la tiniebla
todo era igual,
…para la tortura
siempre hay cristal.
Las estrellas del cielo
ya se han derrumbado
ya no queda sol
ya no queda luz,
sólo de la noche
se puede esperar…
Toño había decidido que nos levantaríamos a las cinco de la mañana, pues la ruta de los Infiernos era bastante larga y con mucho desnivel, estábamos en el Hotel Mariana en Tramacastilla de Tena, y para subir a los Infiernos tendríamos que acercarnos hasta el balneario de Panticosa.
La emoción me llenaba, los Infiernos son mi cumbre favorita, y no sólo por la belleza de su marmolada que destaca clara en su arista inconfundible, sino por motivos personales…, en esta cumbre murió hace cinco años mi vida anterior, y surgió como ave fénix de sus cenizas, una nueva vida, más plena, más consciente, más auténtica, el dolor del duelo de mi vida anterior subió a las cumbres y se despeñó…, y tras caer de los Infiernos, literalmente, cien metros por la nieve blanda , nació una nueva persona, que da gracias todos los días por estar vivo y ser feliz…
Sonó el despertador, apenas había podido dormir, Toño se levantó con su habitual vitalidad y me dijo que bajaba a desayunar, yo hice lo mismo.
Abajo en el comedor estaba el resto del grupo, apenas podía decir alguna palabra suelta, entre el sueño que me estaba matando y los recuerdos del Telera del día anterior me hacían mirar por la ventana mirando su silueta oscura sobre los tejados todavía adormecidos que empezaban a clarear levemente de amanecer.
Nos montamos en los coches, y nos dirigimos hacia el balneario de Panticosa, dejamos los vehículos un poco más allá del lago y cuando me di cuenta estábamos andando en silencio, eran las seis cuarenta de la mañana, sabía que el día sería larguísimo, el sueño dominaba mi espíritu aunque físicamente me encontraba muy bien, no notaba el cansancio del día anterior. Me hice con Marga una foto junto al lago, era la única persona con ganas de ello, y tras cruzar los bosques del llano del balneario comenzamos a subir por una vereda en semioscuridad, paré a quitarme la ropa pues aunque hacía algo de frío siempre entro rápido en calor.
Me quedé atrás sólo, meditabundo y distraído, una vez más, me venían recuerdos del pasado, todo me traían recuerdos de mi muerte, del final de mi vida anterior…,y al mirar junto a la fuente que está en una ermita, vi al ángel caído, mi ángel caído…,allí estaba dentro, como un fantasma, una aparición, un espectro del sueño doloroso de otra vida, encerrado en su gris prisión, lejos de mí, de mi yo actual…
Entonces el ángel cayó
hacia la oscuridad…,
bajo sus pies delicados
se abrió un abismo
y a este reino frío
con sus huesos fue a dar…
Su rostro demacrado
marcado por las lágrimas,
sus cabellos grasientos,
sus túnica raída y sucia
y de su arpa celestial…,
astillas clavadas en su mano.
Y el Ángel caído
en este pozo hondero
con sus alas rotas
no volverá a volar,
¡Ya no queda lugar
a dónde regresar!
Cuando el Ángel cayó
algo crujió y quebrantó
muy dentro de mí;
La última llama agonizaba…,
ya no hay salida
en el reino de Satán.
Ahora sigue todo igual
aquí en el Infierno
pero no me puedo explicar
de dónde ha salido…,
¿Acaso el cielo…,
alguna vez ha existido?
Me veo otra vez, veo mi silueta oscura de dolor físico que acababa de bajar el camino que ahora iba a subir de nuevo, me veía…, bajaba cojeando, el tobillo izquierdo lo tenía muy hinchado, y apenas podía andar y me costaba respirar por las dos costillas fisuradas por el golpe del piolet, me veía roto, arrastrándome despacio y a Joaquín detrás observando mi lastimero paso, pero en cambio estaba feliz, estaba muy feliz…, estaba contento de poder ver un día más, de poder contarlo y de bajar con mi propio pie aunque mis piernas apenas me sostenían, pero estaba feliz, Maese Viento me había recordado que los infiernos van contigo, no están en ningún lugar…, son parte de ti, y van a todas partes contigo, pero puedes elegir entre el cielo y el infierno…,solo depende de ti,… y una nueva vida se abría para mí, dejaría el infierno allí en los Infiernos y desde aquel día, me dejaría la perilla en recuerdo de que cada amanecer es un gran regalo…
El camino serpentea para tomar altura, apenas me doy cuenta de ello, sumido en mis pensamientos veo el balneario cada vez más bajo, y el olor penetrante de bosque húmedo se va desvaneciendo mientras los rayos del sol se abren paso entre las cumbres, va bajando su luz, poco a poco, y cuando nos alcance será mejor que estemos muy arriba, pues el calor puede ser molesto.
Toño ha parado en un claro del bosque que va desapareciendo en prados, se quitan ropa, y cambia de dirección, toma una vereda más pequeña y empinada, subiremos al collado de Pondiellos, y una vez allí, tras cruzar los Ibones nos iremos acercando a la base del Infierno Occidental para subir por un prado vertical que nos dejará en la arista de subida.
El grito rugiente del agua domina todo, el deshielo llena de agua todos los arroyos, y su voz inconfundible brama en nuestros oídos, sigo en mis pensamientos al final del grupo, ya desapareció el bosque, vamos a ritmo constante y seguro.
Antonio lo está pasando mal, pues el confinamiento le dejó unos kilos de más y le cuesta la cuesta, Marga pasa a la cabeza del grupo, yo detrás, encontramos un arroyo de agua gélida y paramos a beber y a esperar al resto del grupo.
Seguimos y en poco desaparece la senda, la que vemos va al Garmo Negro, pero la nuestra está tapada por un gran nevero que en pendiente fuerte acaba en el mismo collado de Pondiellos.
No lo dudo un instante, hay nieve, me pongo el piolet y los crampones, el jefe ha olvidado los crampones y me dice que vaya yo delante abriendo huella, si me ha visto aspecto de estar fuerte…, ha acertado, lo estoy, más que nunca en mi vida y eso que no entreno apenas…
Comienzo a andar por la nieve, está algo blanda, pero abajo tiene un poco de hielo, tengo que clavar las punteras buscando hacer huella para que Toño y Lute que no llevan crampones no se resbalen, y en unas cuántas curvas de las zetas que voy haciendo , Lute se para a ponérselos, el nevero es peligroso, mucha pendiente y la nieve está dura…
Voy buscando hacer zetas en la subida para que sea lo más llana posible, el cuerpo me pide subir derecho por la pendiente pues me siento bien, pero es más seguro andando lo más horizontal posible, sobre todo para Antonio que no lleva crampones…
Hago las zetas más largas por indicación de Eugenio y luego de Antonio, abriré la vereda al gusto del consumidor, aunque esto de ser primero cansa un poco, parece que nunca llegará el collado, y cada vez hay más pendiente por lo que no hago apenas fotos al ser peligroso…
Hemos llegado al collado, que es plano, y veo la hermosura de las lagunas de Pondiellos, de las más altas de esta zona del Pirineo, el azul añil perfora el hielo blanco dando apuntes de color donde se mira reflejado el cielo y las cumbres expectantes de azules templados de sueños…, he despertado, o estoy en un sueño, no lo sé, el sitio es precioso…
Y entonces reparo en mis Infiernos, frente a mí están las cumbres que subiremos y bajo ella la pendiente de nieve por la que me precipité al abismo, que acabó con mi vida anterior…, le pido a Marga que me retrate señalando la zona…, para compararla con la foto de hace 5 años.
Y cómo han cambiado las cosas, hace 5 años en los Infiernos y hoy muy cerca del cielo…, aunque el tobillo sigue doliéndome en recuerdo de mi casi muerte, que me sacó de mi muerte en vida…
Nos quitamos los crampones, hay nieve blanda sin peligro mezclada con muchas zonas de rocas, con tanta foto y vistas quedé atrás con Marga, bajamos buscando las huellas del grupo, que se encuentran fácil en la nieve, tenemos que bajar y bajar hasta cruzar el llano donde se asientan las lagunas, por la nieve vamos rápidos, Marga y yo, y tras pasar alguna laguna llegamos a otra zona de rocas…
Hay que bajar más y cruzar hasta el otro lado del valle glaciar, Toño desciende y elige ir en pendiente por la nieve, todos van detrás, no me gusta bajar, así que sigo llaneando por la roca y me cruzo en la nieve por la zona más llana, veo de lejos al grupo y le hago fotos…
Mi maniobra ha sido eficaz, llego antes que ellos al sitio de inicio de la cuesta y me sacaban muchos metros, empieza de nuevo la subida y esta vez voy yo delante, anhelante, de mi alcanzar el cielo en mis Infiernos…
Voy un poco acelerado, tengo que ir frenando, se me quedan muy atrás, detrás de mí van Eugenio y Caroline, vamos subiendo por las praderas y las rocas sueltas buscando la mejor manera, Toño me dice que me tengo que ir a la izquierda en busca de la cresta, que nos llevará a la arista celestial de los Infiernos…
Estoy en ella, me espero, aquí empieza la trepada, y al ser cresta se ve la otra vertiente, la vistas son increíbles y se ve el abismo por el que bajaremos, sencillo, pero no apto para los que tienen vértigo, Marga viene al final del grupo con Toño, no le quise decir nada a Marga de la bajada que tendríamos, pero ella me conoce y en mi silencio entendió lo que nos esperaba, ella lo pasará mal pero para mí será un gran disfrute…, flotar por encima del cielo y los Infiernos, ser gigante por un día y al mismo tiempo ser nadie perdido entre miles y miles de rocas que me empequeñecen…
Nos cruzamos con el camino que luego utilizaremos para bajar, Marga está muy seria, ha visto el abismo de mis sueños y Toño le ha dicho que bajaremos por él…, ese mismo abismo
que llevo cinco años deseando volver a asomarme, para ver la luz en mi interior…
Voy trepando el primero, nos adelantan unos muchachos que van más ligeros, la trepada es sencilla, pero peligrosa, me voy esperando a Caroline, no quiero dejarla sola en la cresta, Lute me adelanta y se va solo a la cima, reconozco que me da un poco de envidia, tengo tantas ansias de ver la arista blanca de los Infiernos, donde el cielo y el Infierno se juntan en eterna armonía…
Las vistas impresionan, un mar de nubes acechan en los Pirineos franceses, mientras los cuerpos de mis compañeros contrastan contra el horizonte, contra el infinito sueño de las montañas que se abrazan con sus siluetas a nuestro paso tenue y fugaz…
Estamos en la cima, estoy nervioso, la arista me llama, quisiera cruzar su silueta blanca y disfrutar de sus abismos, pero no hay tiempo, Toño dice que no iremos a los Infiernos Centrales pues vamos mal de tiempo, entiendo que tiene que ser así pues tardaremos mucho en bajar y son las dos de la tarde, hubiera dado un riñón por cruzar la arista blanca que lleva a los Infiernos centrales, suspendido en el cielo ,colgado de nubes y ensueños, pero esta vez no…,me tengo que conformar con hacer fotos, vídeos y de dejar la mirada intentando recordar cada milímetro del horizonte…
Apenas un susurro del viento y eso que estamos en la cima…, Maese Viento…
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Veo que has vuelto, humano, no creí que pudieras salir de tus Infiernos…
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Maese Viento, tú que me conoces bien, no puedes decirme eso…
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Razón tienes, humano, pero te costó entender que el Infierno va contigo y no es un lugar en el tiempo ni en el espacio.
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Una vez le dijiste al enano de Gredos algo que lo resume lo que siento hoy, Maese…
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Veo que guardas mis palabras, por una vez eres tú quien me sorprendes…, y que palabras fueron, aquellas que tanto recuerdas…
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Pues en el quinto capítulo le dijiste a Martin lo siguiente…;“ … querido Martín, tuviste que casi morir del todo para volver a estar vivo…, has muerto en vida y has revivido de una muerte segura, eres otro, es otra vida, …aprovéchala, amigo.”, eso le dijiste Maese…
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Pues por esta vez callaré para escucharte, humano…, si llevas mis palabras en tu aliento…
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Pues ya que me escuchas…, solo decirte que hago lo que le pediste a Martín,…estoy aprovechando esta nueva vida, Maese.
Llegan más grupos a la cima, y decidimos bajar, la bajada será larga y dura, la caída es de más de mil metros, impresiona bastante. Toño decidió que llevaría a Marga asida entre cuerdas por un arnés, entre Toño y Eugenio la llevarán en la bajada sustenta por cuerdas.
Toño está muy concienciado del accidente de Marga hace un año en el Torre Cerredo, él fue la primera persona que subió a socorrerla de su caída , ella se tropezó bajando y cayó de cabeza cuatro metros, en el último segundo consiguió girar la cabeza para que la roca sólo le rozara, aunque le hizo una gran brecha en la cabeza que no fue nada para lo que podría haber sido, sangró muchísimo pero por fortuna fue un gran susto. Toño y Lute renunciaron a sus vacaciones en los Picos de Europa para llevar a Marga a Salamanca, algo que ella nunca olvidará…
Y yo bajaré cerquita de Caroline, marcando los pasos por delante, a la que le voy cantando la canción de los Fleetwood Mac de los años 80, nos reímos mucho durante la bajada…
Parece que Toño quiere dar un curso de destrepe a Marga, pues nos ha metido por un sitio peor de donde subimos, vamos muy despacio, pues llevan a Marga muy amarrada, amarrada casi como en un manicomio…
Nos metemos hasta un nevero, y salimos por fin al camino que da al gran abismo…, empezaremos lo peor con una caída de mil metros, de las más grandes que he visto…
Toño va delante con Marga y Eugenio, yo detrás con Lute y Caroline, parece que sigue Toño con ganas de curso de escalada, en vez de tomar la senda que va sobre el blanco de la marmolada, nos tiramos por una senda más estrecha y con un destrepe largo y emocionante, pero me tengo que sentar muchas veces a mirar el mar de nubes, y me da tiempo de hacer varias meditaciones esperando entre risas con Caroline…, bajar encordados de a tres se hace muy despacio y tedioso, y los que estamos sueltos vamos mucho más deprisa y eso que en mi vida no he bajado una montaña más despacio…, pero merece la pena.
Pasamos la zona de destrepe, saliendo a la senda habitual que tiene un pasito muy divertido con una caída de mil metros, saqué una sola foto, cómo no a Caroline, pues yo iba delante de ella marcando el paso, …me daba vértigo hasta a mí, más adelante veo que Toño se detiene, hay un gran nevero, se acaba el camino.
Le digo a Toño que hay que bajar sin meterse en el nevero, por la misma cara que llevamos ahora, que me acuerdo bien de cuando subí con Joaquín hace 5 años, el camino va más abajo, él me dice que subió por ahí, pero cuando vino estaba más avanzado el verano y no había nevero, el nevero es muy vertical y no tiene huellas, cuando hoy ha subido bastante gente, me asomo a la arista con cuidado y veo la senda, hay que bajar por la izquierda para rodear la roca, sin meterse en el nevero, y en eso nos empeñamos…
Esta vez voy detrás de Lute, él se queda expectante pues no ha estado nunca por aquí, y yo continuo buscando el paso, y tras algún titubeo encuentro el paso en la roca para cambiar la vertiente de la montaña, desde aquí todo será más sencillo, vemos la laguna de Tebarrai con su cumbre, es preciosa…
Me aposto en el paso, tiene unas vistas muy hermosas, y le hago foto a Marga y a Caroline…
Un pequeño destrepe y salimos al camino, esta vez ya andando normal, aunque hay que cruzar un nevero, sueltan a Marga de las cuerdas, que se muestra muy aliviada…, y Toño se tira por lo alto del nevero, los demás nos vamos por abajo, es precioso el paraje…
Estamos en el cuello de los Infiernos o collado que es lo mismo, desde aquí bajaremos a Bachimaña pasando por los Ibones Azules, todo el valle está cubierto de nieve blanda muy facilita de andar…, bajo corriendo como un niño cantándole su canción a Caroline que se me queda muy detrás, la verdad…, canto fatal.
Llegamos a los Ibones Azules, son preciosos, metemos los pies en el agua, hay bastante gente por la zona, son las seis y media de la tarde, nos queda muchísimo…, no tenemos ni la mitad de distancia de la ruta, creo…
No nos podemos parar apenas, o nos quedaremos sin cenar, la cena en el hotel es de nueve a diez, un poco estrecho el horario de cenar y tenemos media pensión, así que Toño, Lute y Eugenio aceleran pues lo mismo paran a echar una cerveza en el refugio de Bachimaña, me quedo yo con Caroline y con Marga, conozco bien el camino, posiblemente casi mejor que Toño…
Vamos siguiendo la GR-11 y cruzamos al margen derecho, pero ésta cruza de margen de nuevo y no podemos pasar por el caudal que tiene el río por el deshielo…
No pasa nada, cuando acabe el valle de los Ibones Azules nos encontraremos el embalse de Bachimaña y tendremos que ir a la derecha por lo que estamos en el lado correcto del arroyo o mejor dicho río.
Vamos siguiendo los hitos, miro si se puede cruzar pero no merece la pena, entre terrazas de rocas y cascadas vamos descendiendo hasta que vemos unos puentes medio inundados que son los que traen la GR-11 a nuestro lado del río, que no tenemos que cruzar y ya estamos de nuevo en la senda oficial.
Seguimos bordeando el embalse, nos cruzamos con una pareja de excursionistas, les preguntamos por nuestros compañeros y dicen que les han visto y les han dicho que si nos ven que nos tiren directamente al embalse…, ese comentario es marca Lute…
El camino se alarga y se alarga, más y más, llegaremos al Refugio que está pasando el embalse, pero no llegaremos hasta el refugio pues seguiremos sin parar, es muy tarde y queda mucho, son las ocho y cuarto y en el cartel pone hora y cuarenta para llegar…
Bajamos una gran pendiente de la cuesta del Fraile con su gran cascada, y tras ella seguimos el curso de un bello arroyo, la pena es nuestro cansancio, pues el arroyo va presentando cascadas y más cascadas y hasta alguna cueva…
Vamos lo más rápido que podemos pues Caroline se está resintiendo de su menisco maltrecho, así que vamos sin correr, pero se hace interminable y eso que es preciosa la senda entre la espesura y las caídas de agua.
Le entra a Marga un mensaje en el móvil de que están tomando una cerveza en el refugio de piedra del balneario de Panticosa, pero nos falta todavía más de media hora, bajamos y bajamos con evidente cansancio…
Y a las diez de la noche por fin llegamos al balneario, ellos están en el coche esperándonos y salimos para el hotel, no nos hicimos ni foto de final de ruta, tras catorce horas ya no quedan ganas.
Se nos ha pasado la hora de la cena y sin ducharnos bajamos a tomar un tente pie que nos había preparado gentilmente el dueño del hotel al no tener cocinero…
Son las once de la noche y nos habíamos levantamos a las cinco, estamos cenando, hablamos del mañana, es evidente que no podemos seguir con este ritmo, mañana subiremos al refugio de Respomuso tranquilamente y pasado mañana subiremos a una de las dos cumbres que nos quedaban, así que hicimos una votación entre Balaitous y Palas y mañana sabréis la elección…
Estamos tan cansados que no hacemos ni foto…
Y de los Infiernos recordad que siempre se puede elegir, tú eres el protagonista de lo que sientes, de lo que vives, sólo depende de ti el género de película que tendrás, qué prefieres…, drama, aventuras, amor, o ni siquiera te has dado cuenta que la vida es tu película…,¡DESPIERTA! y elige bien…
Mañana más…, continuará.
Y este video para demostrarle a Caroline que su canción existe y para que vea que canto peor que mal…
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Fran Morales
Fleetwood Mac… una gran banda, que recientemente ha perdido para siempre a uno de sus progenitores: Peter Green. Un hombre excepcional, que tuvo una etapa atormentada, en la que su cerebro se diluía en ácido… cosa que le llevó a psiquiátricos en los cuales emplearon ancestrales técnicas de descargas eléctricas…
Gracias por poner música.
Las dos veces que he subido a los Infiernos, lo he hecho por Bachimaña. Subida y bajada por el mismo sitio… nunca he ido por Pondiellos. Parece interesante esta propuesta circular.
De hecho, tenemos en el blog, de portada, el embalse de Bachimaña, desde hace años… no lo movemos… nos parece un lugar mágico. Ya tengo ganas de hacer el truco del almendruco y volver por Pirineos… no se que va a pasar.
Me ha gustado bastante tu redacción, como siempre. Lo que no me ha gustado tanto es la manera de encordar a Marga. He visto un tiro demasiado corto con daisy… Eso no es dinámico en absoluto, y puede ser peligroso. Siempre es mejor una cuerda, aunque sea una pequeña de randonee, de 7mm, y dejar unos 5 metros entre uno y otro, al menos. Es más cómodo, y por lo tanto, más seguro. Ir tan corto provoca tensión y aumenta el riesgo.
Maese Viento, siempre tiene razón, y hay que saber escucharlo en cada arista… yo creo que le debemos la vida, y más en estos miserables tiempos tan «modernos».
Un abrazo, Fran, y estoy a la expectativa de averiguar cual fue vuestra penúltima ascensión… y vaya faena quedaros sin comer… nuevamente.
Fran Pascual
Holaaaa,Tocayo. para mí Tango in the night es unos de los mejores LP de la historia de la música, 33 años después seguimos vibrando con sus excelsas canciones, la música es el alimento del alma, no podría vivir sin ella…
Yo no entiendo demasiado de cuerdas, aunque he de confesar que no es mi forma ni mi concepto de asegurar en el descenso, pero no soy nadie para hablar de esos temas cuando no tengo en casa ni una cuerda y me suelo liar con ellas, soy un poco disléxico de cuerdas…
Maese siempre está ahí escuchándonos, pero nosotros apenas nos percatamos de él, y sus historias siempre te llenan y te reconfortan…, en el Palas le escuché bastante…
Un abrazo, gran amigo y aliento de mis letras.