En la orillas del Curavacas. La oscura montaña que emergió del mar.
Y la oscuridad se había adueñado de la noche, no había luna, las estrellas se estremecían mirando la negra sombra de la mole que se erigía sobre el valle, sus laderas formadas de infinitas piedras redondeadas, infinitas como las estrellas, se extendían delante de mí, y una luz roja brillaba en lo alto, oscura, tenebrosa, que se temblaba de sombras y tonos sangre desapareciendo durante unos segundos para volver a aparecer, dando su luz a la oscuridad… Y estaba mirando la cumbre, tenía que llegar, pero la oscuridad más profunda estaba tras de mí, estaba en silencio mirándome, en la noche no podía apenas caminar sin la luz roja sangre … Continuar